Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 28 de febrero de 2025

Derogaciones y recontraderogaciones


No tengo ni idea de hacia dónde derivará la admisión a trámite por el Tribunal Constitucional de la derogación de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Cantabria, porque uno, aunque prefiere ahorrarse la contemplación de los laberintos en los que nos meten los leguleyos, ya se está acostumbrando al vértigo de las decisiones judiciales de este país.
Pero creo que si puedo decir que los derogadores, que ya se han apresurado a justificar y a manifestar que aquí no pasa nada, yerran a sabiendas cuando señalan que el revés que sufren con ello es una simple cuestión administrativa que no les va a apartar, prietas las filas, de sus íntimos y húmedos deseos. Veremos, porque hay partido, más popular (ya está bien de hurtarnos las palabras) y más transversal que el suyo.
También afirman, con cierta malevolencia, que la misma legitimidad tiene el estoque que ellos aplicaron a la ley como la misma ley promulgada en la anterior legislatura. Y sin embargo, miren que me parece a mí que no. La "vacuca" por lo que vale. De ninguna manera, ni real ni moralmente, es lo mismo una derogación para el olvido que una ley para los olvidados.
Imagínense el caletre de estos adefesios y, sobre todo, de sus socios, que ya han dado sobradas muestras de sus desatinos a lo largo y ancho de esta tierra de conejos. Imagínenselos. Con la misma lógica disparatada con que cargan sus miserables trabucos ideológicos podrían legitimar cualquier cosa: el regreso de la esclavitud, el partido único, las lobotomías para los que no son como ellos, los campos de concentración para inmigrantes en países intermedios, las vallas gigantes en las fronteras, los resorts y las piscinas en territorios previamente bombardeados...
La biblia en verso, ¿no? 
 


viernes, 21 de febrero de 2025

Pinzón vulgar (pero menos)


En mi visita a La Gomera me topé con este ejemplar de pinzón en las alturas del Parque de Garajonay. Un poco raro me pareció su aspecto hasta que descubrí que se trata de una subespecie endémica que se encuentra en tres de las islas Canarias. Su nombre científico: Fringilla canariensis. 

jueves, 20 de febrero de 2025

Hoy me he levantado de aquella manera


Tú.
Con tus labios infinitesimales en forma de o,
como a punto, siempre, de hacer aritos
con los vapores mefíticos del agente naranja.
Tú,
con tus puñitos sincopados
y tus teatrales aires de “duce” espasmódico.
Tú, con tu tupé
de “gangster” de opereta.
Tú, con tu tupé
de extorsionador de tres al cuarto
en la cocina del infierno.
Tú con tu tupé
de agente inmobiliario de los territorios arrasados.
Tú,
patriarca enano de arribistas.
Tú.
¿Conoces acaso la esencial diferencia que marca
un mero, sencillo y humilde signo?
Por ejemplo, entre las palabras
“disparate” y “DISPÁRATE”
¿Sí? ¿No? ¿Tal vez?
Es solo, en sentido amplio, una simple virgulilla,
como tu tupé
o como la que luces,
so hez,
entre las piernas.

 

lunes, 17 de febrero de 2025

Los enamorados


 Veían animales en la cordillera,
animales que no suelen vivir en la cordillera
sino más bien en climas cálidos,
el mundo se poblaba en un instante
y el arca de Noé se desplazaba hacia la costa:
el mundo era una sola presencia.
En este ir y venir pasaron algunos de sus días felices
y al regresar no cabían ya en la realidad.

                                                     Pedro Lastra.

Baladas de la memoria.
La Cruz del Sur. Pretextos.


domingo, 9 de febrero de 2025

Canciones


mirlos,
herrerillos,
zorzales,
camachuelos,
chochines,
carboneros,

de árbol a árbol,
de niebla en niebla,
en la verde y gris
espesura,
cantan palabras 
que solo comprendo

entre la soledad
y el corazón.

                                                               MCH


 

sábado, 8 de febrero de 2025

Bandericas



Luis Melgarejo.
Los poemas del bloqueo.
Cuadernos del Vigía.


martes, 4 de febrero de 2025

Lo inútil

 


No se trata de eludir neciamente la responsabilidad por las cuentas que no cuadran. Pero tampoco es posible ignorar la sistemática destrucción de toda forma de humanidad y solidaridad: los bancos y los acreedores reclaman implacablemente, como Shylock en El mercader de Venecia, la libra de carne viva se quien no puede restituir la deuda. Así, con crueldad, muchas empresas (que se han aprovechado durante décadas de la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas) despiden a los trabajadores, mientras los gobiernos suprimen los empleos, la enseñanza, la asistencia social a los discapacitados y la sanidad pública. El derecho a tener derechos -para retomar un importante ensayo de Stefano Rodotà, cuyo título evoca una frase de Hannah Arendt- queda, de hecho, sometido a la hegemonía del mercado, con el riesgo progresivo de eliminar cualquier forma de respeto por la persona. Transformando a los hombres en mercancías y dinero, este perverso mecanismo económico ha dado vida a un monstruo, sin patria y sin piedad, que acabará negando también a las futuras generaciones toda forma de esperanza.
Los hipócritas esfuerzos para conjurar la salida de Grecia de Europa -pero las mismas reflexiones podrían valer para Italia o España- son fruto de un cínico cálculo (el precio a pagar sería aún mayor que el supuesto por el frustrado reembolso de la deuda misma) y no de una auténtica cultura política fundada en la idea de que Europa sería inconcebible sin Grecia porque los saberes occidentales hunden sus remotas raíces en la lengua y la civilización griegas. ¿Acaso las deudas contraídas con los bancos y las finanzas pueden tener fuerza suficiente para cancelar de un solo plumazo las más importantes deudas que, en el curso de los siglos, hemos contraído con quienes nos han hecho el regalo de un extraordinario patrimonio artístico y literario, musical y filosófico, científico y arquitectónico?
En este brutal contexto, la utilidad de los saberes inútiles se contrapone radicalmente a la utilidad dominante que, en nombre de un exclusivo interés económico, mata de forma progresiva la memoria del pasado, las disciplinas humanísticas, las lenguas clásicas, la enseñanza, la libre investigación, la fantasía, el arte, el pensamiento crítico y el horizonte civil que debería inspirar toda actividad humana. En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía, una llave inglesa más que un cuadro: porque es fácil hacerse cargo de la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte.

Nuccio Ordine.
La utilidad de lo inútil. Manifiesto.
Acantilado.