Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 27 de febrero de 2014

Insomnio

Oyes la lluvia golpeando en el vértigo de la noche.
Oyes un silencio de pájaros en el tejado y luego un coro del alba entre los pasos del tiempo.
Oyes el furor de tu cerebro.
Oyes cómo crujen los huesos de la casa.
Oyes los perros a lo lejos, las nubes que pasan, los mecanismos de tu cuerpo.
Los relojes rotos de la impaciencia.  

martes, 25 de febrero de 2014

Vacas


Ahí están. Inmutables.
Con esos ojos de agua que ven pasar las vidas, los excursionistas, los perros nerviosos del vecindario, las nubes, las estaciones, los imperios.
Y mientras tanto, crece la hierba bajo sus ubres matronas.
Y una bosta tapa el mundo.

domingo, 23 de febrero de 2014

Jordi y la guerra de los mundos

Querido Jordi:
En 1938 Orson Welles ya nos contó un golpe de estado por la radio.
Fin de la cita. 

Perdidas montañas

Mientras escribo esto me están doliendo unos cuantos músculos de mis piernas que no sabía que estaban ahí. Eso no quiere decir otra cosa que o me tiro al monte en más ocasiones o me convierto en un bloguero de madera. Cosa que no quiero yo.
Pero bueno, hemos cumplido con una jornada estupendamente primaveral en este invierno áspero y nos hemos acercado a Los Tojos en el Valle de Cabuérniga, y desde allí, pasando por la aldea de Colsa, por una pista hasta la Venta Vieja y el monte Tambuey.
Mientras ascendíamos veía a mi derecha el paisaje de la fotografía, y he de reconocer que me ha pasado como a aquellos que después de muchos años no reconocen a su primera novia. Cuando he preguntado "¿qué montañas son esas, rey mío? Y me han respondido que la Sierra de Peña Sagra vista de través, casi me da un pasmo. No en vano allí comencé hace mucho tiempo mis andanzas montañeras. 
¿Que luego mis pasos de "pisapraos" se detuvieron?. Sí.
¿Que dirigí mi camino por otros lares?. También.
Pero ya me vale el descoloque. 
¿Tal vez el aire excesivamente puro de las alturas?

sábado, 22 de febrero de 2014

Antonio Machado, 75 aniversario.

En diciembre de 1988 volviendo de Italia nos detuvimos en Collioure con el único objetivo de visitar la tumba de Antonio Machado.
Recuerdo que preguntamos por el cementerio y que, una vez frente al lugar en el que descansan los restos del poeta en el exilio y de su madre, pensé que habría estado bien, de habernos acordado, dejar allí alguna flor.

Al poco nos fuimos, pero cuando estábamos a punto de atravesar la puerta en dirección a la salida del camposanto mi compañero, ni corto ni perezoso y sin decir palabra, se dirigió a otra tumba anónima y sustrajo de un ramo dos claveles rojos, volviendo de nuevo hacia el sepulcro de Machado, ante la atónita mirada del que esto escribe. 

De regreso, y mientras definitivamente cruzábamos el umbral hacia la calle,  soltó al aire con parsimonia, mirando al frente: "Justicia poética, compañero, justicia poética".


Cita con miga

el hombre es la medida de todas las cosas pequeñas


Manuel Vázquez Montalbán
Escritos subnormales

jueves, 20 de febrero de 2014

La noria de Kiev

Mientras veo las imágenes aterradoras de Kiev me convenzo sin remedio de que comenzaron a ganarnos la Historia el día en que los poderosos lograron que los pobres se mataran entre sí.

Historia de amor...

El Feo sólo bailaba con la Flaca, hablaba puramente con la Flaca, se juntaba nada más que con la Flaca.
"Flaca mía", la llamaba.
Ella le decía "mi Feo".
A veces él se la quedaba mirando como se mira al sol. Trataba de inventar cosas lindas que decirle. La comparaba, por ejemplo, con un amanecer en el desierto, que era uno de los milagros más bellos que había visto jamás. Ella lo oía con un brillo burlón en sus ojos de ave.
-Cursilerías -replicaba.
Y le pasaba las manos por la cara como lo haría una ciega, mientras iba buscando comparaciones, parangones, cotejos para describir su fealdad. Le decía cosas que de tan crueles llegaban a parecer inocentes. Se las decía con un leve desdén en su boca perfecta. Pero nunca quedaba conforme.
-Tu fealdad es insondable -terminaba rindiéndose. -Tienes cara de no sé qué.
El Feo, en cambio, podía hacer el retrato exacto de la Flaca: divertida como un coleóptero, dispersa como una nube, obscena como las palomas.
Pizpireta como ella sola.     


Historia de amor con hombre bailando
Hernán Rivera Letelier.
Alfaguara. 2013.

lunes, 17 de febrero de 2014

Jugar al escondite

En momentos como estos
yo sólo quiero danzar bajo el agua,
no conocer a nadie,
adentrarme en el desierto,
esquivar a la razón,
disponer a mi antojo del silencio
en momentos como estos. 

viernes, 14 de febrero de 2014

Macabro carnaval



Si no fuera por lo amargo que es, esto sería un carnaval.
Durante toda la semana venimos escuchando declaraciones altaneras, amenazantes y chulescas por parte del funcionario responsable de los chicos de verde, que en realidad, ahora se ve con la declaración del ministro del ramo (no sé si decir de la rama, porque le ha costado bajarse), han desembocado en una completa mentira (algo que, por otra parte, ya presumíamos).

Cuando se da más importancia a los uniformes que a las personas pasan cosas como estas. Por un lado se utiliza material antidisturbios contra gente indefensa que está nadando en el mar, con el indescriptible y vergonzante resultado de doce muertos, por el momento, y por otro se crean normas que prohíben utilizar traje con tricornio charolado para actos lúdico-festivos porque empañan la buena imagen del Cuerpo. Se ve que algunos en su desbocada insensatez consideran que sucesos como los de Ceuta limpian, dan brillo y esplendor.

Sepe



De Italia me gustan muchas cosas, aunque otras cuantas no. Pero eso, al fin y al cabo, ocurre con cualquier lugar o con cualquier prójimo. No obstante, si en alguna ocasión algún navegante se tropieza con la música (enlatada o concertada) de Daniele Sepe, por favor, que arríe velas durante un rato y escuche.

martes, 11 de febrero de 2014

La biblioteca de Amelia

Yo sé que hay gente que suspira, entre sus sueños más recónditos, por que pongan su nombre a una calle o porque su nombre figure en los mapas nombrando también a una montaña o a un río, o a una bahía. Yo sé que hay gente que daría su mano derecha porque nombraran con su nombre a lo que fuera. Tal vez sea la arrogancia o la bestia del ego, que no nos deja en paz ni en nuestros sueños más secretos.

Pero hoy descubro que han dado el nombre de Amelia a la biblioteca de su escuela. Y ahí está (¡¡¡ leches!!!) mi sueño escondido. Y por ende mi más dulce envidia. Que alguien diera mi nombre a una biblioteca.
Yo sé que a Amelia, porque la conozco y tengo claro que ni la arrogancia ni la vanidad le quitan el sueño, tal homenaje ni se le había cruzado por la imaginación. Pero estoy seguro de que una vez pasado el trago se encuentra satisfecha como una rosa. Al fin y al cabo su escuela y su biblioteca han sido para ella durante mucho tiempo un sentimiento más que una dedicación. Y ha dedicado mucho.
Por eso, los que la queremos, estamos encantados y nos unimos a la alegría de los menudos lectores de SU biblioteca.


Para más información del evento: www.bibliotecagerardodiegocorrales.blogspot.com.es 

lunes, 10 de febrero de 2014

El Árbol de Sol

Hace unos días nos pusimos en contacto visual con unos amigos que están lejos a través de una tecnología, que años ha solamente aparecía en la espacial aventura de Kubrick o imaginaciones similares. Cosas del progreso.
La entrevista duró más de tres horas. Y hablamos y hablamos y hablamos. Mientras tanto, Sol hacía pinitos con el automatismo del dibujo.
Y salió este árbol mágico plantado en tierra de nadie. En el lugar en el que se unen los deseos y se separan las nostalgias.

domingo, 9 de febrero de 2014

Anónimos

          El diario intento de someter a la naturaleza para llegar al imperio cotidiano de lo artificial.

jueves, 6 de febrero de 2014

Futbolistas

"Los meten en una trampa. Les hacen vivir la ilusión de un ascenso social, cuando en realidad no es así. Los quitan de su clase social y los dejan en el aire. Los apartan de la realidad a conciencia. No es que se olviden de dónde provienen, sino que se alejan. Toman las costumbres, el modo de hablar, los restaurantes, los perfumes, la ropa del opresor. O digamos que de otra clase social, por no ser tan drástico. Y quedan desplazados, quedan perdidos, porque jamás son admitidos en esa élite a la que ilusamente les hacen creer que pertenecen. Solamente se les acercan por fama, y después de los cinco minutos que dura la fama quedan otra vez en el aire, ni son de barrio ni son de la alta sociedad"

                                                                                                                    Ángel Cappa


Futbolistas de izquierdas
Quique Peinado
Léeme Libros.

miércoles, 5 de febrero de 2014

domingo, 2 de febrero de 2014

La distancia

                                                 
La distancia no tiene cabos a los que agarrarse, ni corceles veloces que crucen los océanos.
La distancia es, más bien, como una brisa familiar que te revuelve el cabello y se va. O el instante feroz de la despedida: un "hasta la próxima" inacabado.
La distancia es una sala de espera demasiado blanca en la que ya no estamos nadie mientras nos abrazamos.
Una lágrima rebelde que se ahoga en la garganta y cinco mil kilómetros de ausencia.  

La mar salada

Tarde de combate. La mar se empeña en avanzar más allá de sus posesiones, tierra adentro. El agua pulverizada barre, con la ayuda del viento, toda la costa empapándonos cada vez que nos acercamos al territorio en disputa.
A la vez, la luz del sol entre las nubes acaba filtrándose en la miriada de gotas de agua y sal, para formar un arco iris esplendoroso.
Mayo corre locamente como si de pronto se hubieran despertado en él todos los instintos salvajes, antes adormecidos.
Mientras nos retiramos hacia lugares más calmados la tempestad nos golpea como si quisiera acabar con todos los testigos.