Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 21 de diciembre de 2018

Grimau aguarda


 
Dice el gobierno desde Barcelona que se trata de un gesto. Y a mí lo de Lluis Companys me parece bien. Que se condene en Consejo de Ministros el consejo de guerra que permitió su fusilamiento por la dictadura franquista, como paso previo a su anulación y a la justa rehabilitación del aquel presidente de Cataluña no significa otra cosa que el gobierno español, tan renuente hasta ahora, puede hacerlo.
No se trata de hacer regalitos a independentistas irredentos como muestra de buena voluntad, sino que es algo de justicia y de ley.
Julián Grimau y tantos, tantos otros, siguen esperando.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

César Vallejo (1938-2018)

 
¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima apesar suyo,
del verdugo apesar suyo
y del indiferente apesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate de tu futuro!...

                                            César Vallejo.

lunes, 17 de diciembre de 2018

La señora Szymborska fumando en la ceremonia de los Nobel



La señora Szymborska es una isla en mitad de un océano de cabezas en fiesta.
De su boca sale una humareda de letras que conforman un verso.
Y cada verso es un poema que vamos a leer obligatoriamente para salvarnos de los continuos temblores de la tierra.

La señora Szymborska fuma mirando al techo, y observa distraída, feliz y ajena
el devenir caprichoso de la nube, mientras piensa alegremente que todo lo prohibido es la materia humana de los sueños.

En realidad, a la señora Szymborska seguramente le importan un bledo los homenajes
y los premios, porque entiende mejor que nadie que no son más que humo pasajero.

Y cuando no,  fatua dinamita para el fuego.
                                        
                                                                        MCH

domingo, 16 de diciembre de 2018

De memoria

Los poetas trabajan con la memoria. La ponen a escurrir hasta que ya no cae una gota. Rara vez la planchan. La guardan sin doblar en armarios para los demás invisibles. Algunos se pasan de rosca y la llaman potencia inferior de los sentimientos, como el cernícalo de Aristóteles. Los más pragmáticos la desarman como un mecano y esperan el momento más oportuno para hacer con ella algo oportuno en el lugar menos inoportuno.

  (Fragmento)

                                      Juan Carlos Mestre.

Dedicatoria

No suelo pedir dedicatorias de los autores en los libros, me da un poco de grima y bastante de vergüenza, aunque alguna tengo (dedicatorias, digo, y vergüenza también).
Hace muchos años se la pedí a José Hierro, por persona interpuesta, para su "Cuaderno de Nueva York", porque yo estaba en Irlanda gastándome el dinero del Premio Alegría. Me dibujó un autorretrato "de calvo a Calvo", y yo le agradecí el esbozo y la humorada.
Y esta noche se la he solicitado a Juan Carlos Mestre (uno de los mejores poetas que he leído) para su "Museo de la clase obrera".
Y me encanta el dibujo y también la bandera (para qué nos vamos a engañar). 

viernes, 14 de diciembre de 2018

jueves, 13 de diciembre de 2018

Desmemoriados en La Vorágine

Desmemoriados también se ha mudado. Ha recogido sus bártulos y con la memoria a cuestas ha caminado por la calle arriba hasta el nuevo centro de operaciones. Entre libros y entre la gente hermana de La Vorágine.
Continuamos.

viernes, 7 de diciembre de 2018

jueves, 6 de diciembre de 2018

Perdición




Tienen mala suerte, en verdad,
los pájaros enjaulados, tienen mala suerte
en su intrépido alboroto.

Olvidaron cómo desplegar sus alas
y ya no saben que es aire el aire
que hay más allá
de su malogrado atrevimiento.

Tienen mala suerte los pájaros enjaulados.

Trocaron en estupor sus atributos
y entonan, sempiternos,
una romanza hermosa y desesperada
que, como nudo corredizo,
aún les apresa más
cuando quieren pedir auxilio.

                               MCH

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Punto y seguido.


Debía ser abril de algún año atrás (no recuerdo exactamente). Entonces asistí al primer evento que se celebró en La Vorágine, una charla con una líder indígena centroamericana. Entonces Hugo y Gi, que me hablaban y me hablaban de tan rara librería, aún no se habían marchado al otro lado del océano y yo no imaginaba que habría de volver muchas veces más a ese lugar.
Hoy he querido estar en el último acto de un espacio pequeño, acogedor y, por lo mismo, extrañamente familiar. Una poeta asturiana, que a veces desearía tener otros nombres, leía sus versos (luego ya se cerrará la puerta del cuento). 
Cuando se tranque la cancela, el lugar donde hubo un humilde y sorprendente torbellino, inimaginable antes en la ciudad, vivirá del silencio y dormirá entre los ecos.
En unos días habrá una nueva Vorágine, más grande y con más luz. Y los libros padecerán un poco menos del mal de los relentes. Pero eso, compañeros, será otra historia.

lunes, 3 de diciembre de 2018

La partida inconclusa


                                                                                  Isla Quiriquina, octubre 1973


                                  Blancas: Danilo González (Alcalde de Lota) 
                                  Negras: Floridor Pérez (Profesor de Mortandad)


1. P4R, P3AD
2. P4D, P4D
3. CD3A, PxP
4. CxP, A4A
5. C3C, A3C
6. C3A, C2D
7. ...

Mientras reflexionaba su séptima jugada
un cabo gritó su nombre desde la guardia
-¡Voy! -dijo-
pasándome el pequeño ajedrez magnético.
Como no regresara en un plazo prudente,
anoté, en broma: abandona
Sólo cuando el Diario El Sur,
la semana siguiente, publicó en grandes letras la noticia
de su fusilamiento
en el Estadio Regional de Concepción,
comprendí toda la magnitud de su abandono.

Se había formado en las minas del carbón
pero no fue el peón oscuro que parecía
condenado a ser, y habrá muerto
con señoríos de rey en su enroque.

Años después le cuento esto a un poeta.
Sólo dice:
¿Y si te hubieran tocado las blancas?


                                                                      Floridor Pérez.

viernes, 30 de noviembre de 2018

Librería 81

                    Santiago de Cuba.

                                Fotografía que me remite Pedro Rodríguez.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

El cementerio inglés




Hace muchos años que no me acercaba por allí; tantos como para que el olvido se hubiera asentado estratégicamente entre mis recuerdos. Es el cementerio protestante de Cazoña. Está allí desde 1864, antes de que el barrio de Cazoña, tal como lo conocemos ahora, existiera.
Hoy se guarda entre edificios, como una isla de otro tiempo, escondido del fárrago urbano, pero a mis doce o trece años, cuando desde el Paseo del Alta caminábamos hasta Peñacastillo en busca de cuevas y de rocas que trepar, se alzaba allí, solitario entre prados y callejos. Era nuestra primera parada en la ruta del misterio y la aventura que nos ha traído hasta aquí.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Vagabundear



La canción es de Serrat, sin embargo a mí siempre me gustó más la versión de Nuestro Pequeño Mundo. Un grupo de cuando empezábamos a interesarnos por el folk y de pronto nos sorprendía con música de muy lejos, de lugares que ni soñábamos visitar algún día.
Luego sí que hemos vagabundeado por algunos sitios. Y J.R. y yo la hemos entonado unas cuantas veces por alguna que otra selva y por alguna que otra carretera austral.
Con más o menos fortuna. Pero eso qué más da. Qué más da.

martes, 20 de noviembre de 2018

Acostarse temprano



Es en Érase una vez en América, la gran película de Sergio Leone sobre el mundo de los gangsters, donde Noodles, el personaje que interpreta Robert de Niro, regresa, ya maduro, huraño y decaído, a su barrio, después de 20 años de ausencia, huyendo de su destino. Un amigo de infancia y de juventud, que ahora regenta el bar de su padre, le abre la puerta y con la sorpresa inicial, mientras titubea, le pregunta, ¿qué has hecho durante todos estos años, Noodles?
La lacónica respuesta de Noodles encierra toda una lección de vida y de soledad: “Acostarme temprano”.

Está claro que Noodles es un pelanas, tal como en otra secuencia del largometraje le escupe la protagonista femenina, con la mirada más fría y decepcionada que se haya podido vislumbrar en la Historia del Cine.
Al menos es un pelanas, un chiquilicuatre, un zascandil, para aquellos que saltan como gamos por los vericuetos de cualquier actividad en busca del triunfo y del éxito a costa de lo que sea. Pongamos que en una actividad artística. Pongamos que en la literatura. Pongamos que en la poesía, por ejemplo. 

Si Noodles fuera un poeta en lugar de un gangster retirado, sería un poeta menor, un poeta de provincias, un poeta condenado al aislamiento, al silencio y a la oscuridad, porque los focos y los brillos estarían en otra parte. Tal vez en las camarillas y en los conventillos donde se reúnen en manada aquellos vates que tienen claro el concepto de lo que es prosperar a dentelladas o los que acostumbran a encadenar versos –o lo que sea- con la fluidez de las metralletas que apuntan continuamente contra cualquier rival. Tal vez, si Noodles fuera un poeta de orden estaría a la sombra confortable de un poder abrasivo al que le importa menos un buen poema que el supremo arte –o artificio- de las mentiras, al que adora con delectación y al que se entrega con extrema suficiencia. Ejemplos hay a lo largo de los siglos: De poetas sumisos, digo. El poder siempre es el mismo.
Tal vez, si Noodles fuera un poeta como hay que ser, ya llevaría un currículum de premios, títulos y homenajes tan pesado como su vanidad y casi siempre como su pedantería.

Pero Noodles, que no es un poeta y que pasa de las modas, que pasa de las corrientes – porque al final siempre dan frío-, que pasa de las reatas de poetas que miran siempre por encima de sus hombros, que pasa del falso porvenir y de la vana gloria de los escaparates, es solo alguien que observa con atención alrededor, que lee mucho, que escribe más bien poco o quizá lo justo y que, sobre todo, sobre todo, como un pelanas cualquiera, acostumbra a acostarse temprano.




miércoles, 14 de noviembre de 2018

Matar gorriones



Cuando éramos críos
aguardábamos como sombras en la maleza
a que los gorriones acudieran al gallinero
para compartir el grano con sus primas, las esclavas.

Cuando ya había suficientes,
mi compinche se acercaba con un bastón
y montaba una carnicería de pardales
mientras yo cerraba la puerta. No fuera a ser
que alguno escapara de la tremenda escabechina.

Luego contábamos los muertos
como se cuentan las cabezas de enemigos desconocidos
y más tarde nos marchábamos
a la orilla de la marisma cercana
para aliviarnos desnudos en el barro
de nuestras almas negras e insensatas.

Hoy, tantos años después, mientras observo en el jardín
el aleteo de otras aves con más suerte
aún vuela sobre mí
la parda agitación de su inocencia.

                            MCH

jueves, 1 de noviembre de 2018

La Busca

-Anda tú, vamos- dijo Vidal a Manuel.
-¿Adónde?
-Con los Piratas. Hoy tenemos cita; nos estarán esperando.
-Pero, ¿qué piratas?
-El Bizco y esos.
-¿Y por qué los llaman así?
-Porque son como los piratas.
Bajaron Manuel y Vidal al patio; salieron de casa y descendieron por el arroyo de Embajadores.
-Pues nos llaman los Piratas - dijo Vidal-, de una pedrea que tuvimos. Unos chicos del Paseo de las Acacias se habían formado con palos, y llevaban una bandera española, y, entonces, yo, el Bizco y otros tres o cuatro empezamos con ellos a pedradas y les hicimos escapar; y el Corredor, uno que vive en nuestra casa y que nos vio ir detrás de ellos, nos dijo: "Pero vosotros, ¿sois piratas o qué? Porque si sois piratas debéis llevar la bandera negra". Y al día siguiente yo cogí un delantal obscuro de mi padre y lo até en un palo y fuimos detrás de los que llevaban la bandera española, y por poco no se la quitamos; por eso nos llaman los Piratas.


                                                                                                           Pío Baroja. 
                                                                                                           La Busca

viernes, 26 de octubre de 2018

miércoles, 24 de octubre de 2018

Asamblea


                              queridos compañeros carpinteros y ebanistas
                              les traigo el saludo solidario de los metafísicos
                              también para nosotros la situación se ha hecho insostenible
                              los afiliados se niegan a seguir pagando cuotas
                              a partir de este momento la lírica no existe
                              con el permiso de ustedes la poesía 
                              ha decidido dar por terminadas sus funciones este invierno
                              no lo tomen a mal
                              pero aún quisiéramos pedirles una cosa
                              mis viejos camaradas amigos de los árboles
                              acuérdense de nosotros cuando canten la internacional.


                                                                           Juan Carlos Mestre

martes, 23 de octubre de 2018

Lo efímero


La carretera es tan larga como el tiempo. Transcurren entre pájaros que vuelan y viandantes que se van quedando atrás como recuerdos, sin posibilidad de fijar sus rostros o sus ademanes.
El viajero dispara su cámara al azar con la esperanza vana de atrapar el albur o un retazo de su propia vida. O quizá simplemente lo que hay más allá de su mirada.

viernes, 19 de octubre de 2018

Libros y mapas

De eso vivo yo. No es que me gane la vida con ello, no. Quiero decir que es eso lo que me alienta a vivir.

Aún no sabía leer y ella, con su alma campesina, me procuraba tebeos y libros ilustrados. Y yo me imaginaba las historias. E imaginando, imaginando fui poco a poco, con los años, acumulando sucedidos e improvisando rutas, senderos y navegaciones. Y un paso seguía a otro paso, y un libro a otro libro. Y Julio Verne dio el testigo a Stevenson, que a su vez cedió un mapa delirante al loco cuerdo de La Mancha. Y caminando, caminando, al principio con un dedo índice viajero, me vi de pronto en el Mar de la China o en las selvas de Ecuador. Y también subí una montaña.

Hoy, ella, habría cumplido 82.  

miércoles, 10 de octubre de 2018

Una habitación lejana

Probablemente se trate de una exigua habitación de Bobo Dioulasso o de Uagadugú, con una cama para dos y un aparente dosel que es, en realidad, una mosquitera.
Hay ropa tendida recién lavada. Pantalones y camisetas de hombre y de mujer.
Una toalla de viaje recogida en su red y un cinturón africano.
De la pared blanca cuelgan dos sombreros.
Y sobre la mesa, alguien que tal vez soy yo en otro tiempo escribe.
Sobre el viento que mueve los granos de arena.
Sobre el sol, cuando en la tarde se desploma.
Sobre los anchos y rojos caminos solitarios.
Sobre la luz en los ojos de la gente.
Sobre el valor de vivir cargando con esa luz.
Pero también, también, sobre la tristeza.


martes, 9 de octubre de 2018

Los niños de Mauthausen

"El punto de inflexión de la vida de los chicos de Mauthausen fue el acuerdo alcanzado en junio de 1943 entre Bachmayer y Anton Poschacher, responsable de la cantera del pueblo de Mauthausen, de dar trabajo a 50 de estos jóvenes como aprendices de canteros. El kommando de Poschacher, o Poschacherjugend, como dio en llamarse la unidad, fue durante toda su existencia exclusivamente español. Estaba formado por los más jóvenes, que no lo abandonaban al llegar a cierta edad ni fueron nunca relevados por otros si morían. Los jóvenes españoles trabajaron así en la cantera privada cercana a la estación de Mauthausen, con ingenieros civiles austriacos y los obreros especializados que manejaban las máquinas; todos tenían más de sesenta años. A los muchachos se les pagaba un salario de entre 2 y 3 reichsmark a la semana, que nunca tocaban pero que el Poschacher ingresaba en una cuenta de las SS del banco local. Se les indicó que recibirían el dinero cuando terminara la guerra. Por otra parte, Himmler dijo también que nadie podía salir del KL-Mauthausen vivo. Como sucedió lo inimaginable y Alemania perdió la guerra, los muchachos del Poschacherjugend podrían solicitar más tarde al gobierno de Alemania Occidental el pago de lo poco que habían ganado; algunos lo hicieron y el gobierno les pagó.
Los chicos estuvieron alojados primero en el barracón 11, y el último año en el barracón 6.Todos los días iban andando a la cantera del Poschacher, al principio por la colina que rodeaba el pueblo escoltados por un sargento SS y cuatro hombres, pero más tarde los SS perdieron  interés por guardar su secreto y los muchachos caminaban por Mauthausen con una escolta cada vez más reducida. Josef Niedermayer, conocido por su salvajismo en el Bunker, declaró en el juicio al que fue sometido en 1946 que su primer trabajo estuvo en el kommando de Poschacher y que él mismo escoltaba a los chicos. Al final, el único que lo hacía era el kapo español Antonio Benedicto. En los primeros días salían con una inocencia política que podría haberles buscado la ruina. Para partir al trabajo iban cantando La Internacional. Cuando el kapo español les dijo que lo que estaban haciendo era muy peligroso, le contestaron que no había razón para preocuparse: ¡estaban cantando en español! Hubo que explicarles que La Internacional era... internacional".     

Españoles en el Holocausto
David Wingeate Pike.
Debolsillo.

jueves, 4 de octubre de 2018

Sísifo con bicicleta

Quien haya subido alguna vez a Tresviso desde Urdón sabe que lo que llaman el Balcón de Pilatos es un lugar que se encuentra prácticamente al comienzo del último tercio de la trabajosa ascensión.
Y por allí bajábamos nosotros, atentos a las piedras del camino, tras reconfortante almuerzo de bocadillo en el bar del pueblo y agradable charla con alguno de los lugareños, cuando en una revuelta del camino apareció frente a nosotros, para nuestra sorpresa, este chaval bañado en sudor, con una memorable sonrisa de oreja a oreja y arrastrando su bicicleta como si fuera un corredor de ciclocross.
Para nosotros fue como si de pronto hubiéramos visto aterrizar un oso en la luna. Admirados estábamos de que este joven de "Coloradou, Yunaited Esteits" hubiera sido capaz de llegar hasta allí de aquel modo.
Cuando nos despedimos, tras una breve parrafada en "spanglish", cuatro fotos, un par de cabeceos más de pasmo por nuestra parte y alguna sonrisa, aún nos volvimos otra vez para contemplar cómo este Sísifo del otro lado del mar rebasaba la curva cercana en busca de las siguientes.


martes, 2 de octubre de 2018

Sur




Incontables chapas de cerveza
pavimentan en óxido la calle de tierra.
Incontables las moscas al sol en su zumbido.
Incontables los días iguales, los días sin tránsito,
las noches escasas, las noches perdidas.
Incontable la esperanza derramada
de los que navegan, quietos,
a la sombra de paredes ardientes.
Incontables los náufragos y sus pesadillas de sal.
Incontables los cuerpos envueltos en plástico.
Incontable la luz pálida y el vértigo
de las gotas del aguacero, cayendo
de los ojos de los vivos y de los muertos.
Incontables los que desde aquí miran al mar
y solamente ven la terca espuma de las olas.

                                                                   MCH

miércoles, 26 de septiembre de 2018

El escenario...


...donde todos somos actores de reparto.

Travesía

                    Río Níger, 2001. A bordo del Kankou Moussa.



Travesía
 
Es esta ruta del agua,
en la noche,
un camino imposible
en el que se juegan
el destino los partidarios
del pasado y del presente.
Ya no hay voces
ni olores
ni colores.
Por la ruta del agua
llegaron los habitantes
del silencio,
con tanta cautela,
con tanto secreto
de peces muertos
que arriba, sobre mi cabeza,
juegan las estrellas
a ser cielo
y son, sin embargo,
un río profundo
y quieto.

                                                 MCH

martes, 18 de septiembre de 2018

Todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos...
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos...
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos...
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos...
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.


                               León Felipe.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Una acuarela

Subí la caja de acuarelas a Picos y se convirtió en peso muerto dentro de la mochila, lo cual sirvió para algunos momentos de choteo y jolgorio por parte de mis compañeros de andanzas. Y es que no siempre se encuentra un momento de calma para sacar el "recado" de dibujar. Es cuestión de perseverancia. Como caminar.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Los Tornos

    Los Tornos de Liordes , o un paseo por la memoria.



 

Vega de Liordes




Hemos alcanzado el principio de todas las rutas,
vagamos entre nubes  hasta aquí
y hemos visto en un recodo la sonrisa del gran río.

En una sola jornada  nos perdimos
en el laberinto de los cuentos, y con ello
ganamos una noche más con Sherezade.

Nos jugamos el miedo por una aurora boreal
en los desiertos del hielo
y vimos volar un día a todas las aves
que escapaban del paraíso.

Insolentes, quebramos el horizonte
al que estábamos destinados
y, caminando, llegamos al comienzo,
al abrigo de la tormenta
en la que nacen las historias.

Y ahora que estoy solo,
tras horas de ascender como una hormiga
me detengo, por fin, donde acaban Los Tornos.
Bajo la barba cana vuelvo a tener dieciocho años
y contemplo, admirado y calmo, el paisaje de mi vida. 

                                                                        
                                                                      MCH



miércoles, 29 de agosto de 2018

Refugio Antiaéreo




Visito el refugio antiaéreo Mariana Pineda situado en la actual Plaza del Príncipe de Santander. Se trata de un espacio de hormigón armado, de unos 20 metros de largo, dividido en tres galerías, que tenía capacidad para unas 70 personas. Existen tramos separados por muros como protección ante posibles ondas expansivas.
Fue construido en 1937 y descubierto nuevamente en 2006. Forma parte de los 114 refugios que se habilitaron en Santander como defensa ante los bombardeos que escuadras alemanas e  italianas realizaron hasta la toma de la ciudad por las tropas fascistas. 

sábado, 25 de agosto de 2018

Tres

  Lalibela (Etiopía)

Para J.R. que colecciona por el mundo imágenes como ésta.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Fortín de La Alboleya





Cerca del Lago de Isoba, en las estribaciones del Puerto de San Isidro se encuentra el Fortín de La Alboleya, probablemente la mayor construcción que el ejército republicano levantó en el Frente Norte para contener el avance de las tropas franquistas. Está formado por dos galerías de hormigón con troneras para fusiles y ametralladoras, unidas por un túnel excavado en la roca. En el interior, junto a las consabidas inscripciones que realizan visitantes irrespetuosos, aún se pueden contemplar las realizadas en agosto de 1937 por los soldados que allí estuvieron.

martes, 21 de agosto de 2018

Librería 80

   Bahir Dar (Etiopía)
No encontré La Isla del Tesoro.

domingo, 19 de agosto de 2018

domingo, 12 de agosto de 2018

miércoles, 8 de agosto de 2018

El vuelo del quebrantahuesos

Hasta ahora solamente una vez había visto al quebrantahuesos. Fue en Marruecos, en la estación de esquí de Oukeimeden, en el corazón de las montañas del Atlas. Y puedo asegurar que fue una visión imponente mientras volaba a poca distancia por encima de nuestras cabezas.
La misma situación se ha producido en las Montañas Simien de Etiopía, mientras se acercaba a nosotros en un paisaje indescriptible, que poco a poco fue desapareciendo entre la niebla, como si su aparicion y su suave aleteo, mecido por el aire, no fuera otra cosa más que un sueño.

lunes, 6 de agosto de 2018

Geladas

Montañas Simien

domingo, 5 de agosto de 2018

Orix

El orix también nos mira.

Dik-dik


Como salido de un cuento nos observa el dik-dik.

sábado, 4 de agosto de 2018

Huella de león

Siempre he tenido una pesadilla recurrente relacionada con los leones, pero cuando el guía que nos acompañaba armado con un miserable machete, mientras caminabamos observando aves en las proximidades del Parque Nacional de Awash, nos señaló en el suelo la huella que se aprecia en la fotografía y nos dijo que se trataba de un ejemplar que había pasado por aquel lugar la noche anterior, hice un rápido cálculo mental de probabilidades que me resultaron muy, muy poco halagüeñas: "Son las ocho de la mañana y, en consecuencia, el bicho ha podido pasar por aquí hace menos de seis o siete horas (si es que no anda todavía por los alrededores)". Luego me encomendé al dios de los viajeros confusos y al santo patrón de los atletas etíopes y tiré para el refugio más próximo como alma que lleva el diablo, mientras miraba con un ojo a mis espaldas y con el otro conjeturaba con la posibilidad de escalar con presteza inigualable cualquiera de los árboles del camino.