Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 30 de junio de 2020

Un silencio de mil sonidos


Mucho pensé, durante el tiempo que hemos mirado el mundo desde una ventana, en tomarme un café mientras leía el periódico en el bar de mi pueblo, arrullado por el rumor de las conversaciones de otros parroquianos y el soniquete de los programas matutinos de televisión.
También soñé, observando el pequeño horizonte, con el viaje que este año no haríamos.
Pero si algo se hacía inmenso entre los deseos incumplidos, eso era perdernos entre los robles del bosque a la sombra maternal de la Collada.
Y escuchar el silencio de los mil sonidos, a la vez que observábamos el trajín inquieto en lo alto de los carpinteros y los trepadores azules. 

jueves, 25 de junio de 2020

Reencuentro


He de reconocer que durante todo este tiempo el sortilegio estaba en volver. Regresar.
Después de un tiempo siniestro, inmóviles, como árboles medio hundidos, entre los fantasmas del miedo y la desolación elevándose a nuestro alrededor, la prueba del nueve era solamente volver.

lunes, 22 de junio de 2020

La espesura

                                   Fotografía: José Gabriel Herrería



Habrá que rehacer los puentes
o vadear el río sanguíneo
que conduce 
al interior de la caverna
en la que sobrevive
lo mejor de nosotros mismos.

Habrá que entender de espejos
para adentrarnos en ellos
y entonar la música
que calma el desasosiego
del alma y también
el pesar de los muertos.

Y para perdernos sin miedo
habrá que trazar
alguno de estos días
el mapa efímero
de la espesura
y del silencio.





domingo, 21 de junio de 2020

Esto no es un diario. Y LX


En los últimos tramos antes de la línea de meta me han intentado colocar un bulo en vivo y en directo a la salida de un supermercado. Así, a la brava, como antes, sin necesidad de redes sociales ni nada. La cosa iba, se pueden imaginar, sobre esos entes superiores, pero misteriosos, que crean virus y bacterias para tocarnos los cojones. Creo que las farmacéuticas también estaban involucradas. Aunque no veo a la que atiende en mi pueblo, tan maja ella, mezclada en contubernios. Así que debía tratarse de otras farmacéuticas.  
A continuación, la del bulo se ha metido con mi barriga, que no puede ser, que el tejido adiposo nos roba la vida, que a ella la quitaron no sé cuantos kilos... Total que empeñada en darme datos sobre un gurú o algo así que me iba a solucionar ese problema que yo tenía. Señora, por Dios. Y ahí la jodimos. Metimos a Dios y se empeñó en "acristianarme". ¿Quién me manda a mi ir al super a por pan para mis suegros?
También en estos días me envía un amigo que trabaja en la "Complu" una fotografía del monumento que allí hay en honor a la Brigadas Internacionales. Los fachas de siempre, que están muy montiscos, han pintado uno de sus vómitos verdes. Nada nuevo bajo el sol de Breda.
Y ya casi llegando, llegando a la puta meta, confirmo nuevamente, y ya no sé cuantas veces van, que hay tipos que pueden escribir como los ángeles y ser al mismo tiempo unos completos gilipollas. ¡Qué le vamos a hacer, el arte no está reñido con la mentecatez! Solo puedo decir aquello de "señor, señor, no me hagas caer en tal tentación" o también, como en la película de "Campanadas a medianoche" lo del amigo de Falstaff: "Señor, señor, las cosas que hemos visto"
Total, que parece que llegamos a un "déjà vu".  Con más paranoicos, de los que desconocíamos tal "virtud", eso sí, a nuestro alrededor, pero en cuanto a todo lo demás sin más novedades dignas de reseñar. 
Bienvenidos, por tanto, a la normalidad. O a tomar por el saco.

miércoles, 17 de junio de 2020

Viajar con Polaroid



Estamos hablando de las cavernas. Ya entonces, en el año 2002, la cámara Polaroid era una reliquia, pero, a veces tenía sus compensaciones.
Estas fotos están hechas en Vietnam y hoy, al desvelarlas después de tantos años, compruebo (como ya me ocurrió con muchas diapositivas) que nada es para siempre y que los colores, como los años y tantas cosas, como humo se van.
La memoria resiste un poco más.    

lunes, 15 de junio de 2020

Conjunciones


Me gusta esta fotografía. Pocas habrá en las que aparezcamos los cuatro juntos. No recuerdo el lugar ni la ocasión, aunque en realidad da exactamente igual. Todos sonreímos y ante tanta conjunción los astros pueden seguir dando las vueltas que quieran en la oscuridad del Universo.

domingo, 14 de junio de 2020

La infinidad


 entre las olas,
 a lo lejos, las alas
volando la mar.

sábado, 13 de junio de 2020

Bucaneros



Nunca antes estuve aquí,
en esta rada,
y sin embargo el lugar está a dos pasos de mi entorno,
a tres de mi infancia,
a cuatro de mis quimeras.

A cinco pasos de mi imaginación o a diez golpes de remo
debería aparecer un bote hasta los topes de marinería
y al fondo, oculto quizá por la roca,
seguro que reposa un bergantín con bandera de fortuna.

Y mientras tanto, a sotavento,
el niño que una vez fui descansa de su infancia
y busca tesoros en el sueño.

jueves, 11 de junio de 2020

Camello de tres jorobas


Ahora que todo se aplaza o se suspende, 
mientras aprovechamos a poner en orden los fantasmas domésticos,
aparecen restos del pasado,
camellos de tres jorobas
en tiempos luminosos. 

martes, 9 de junio de 2020

Faros


Nunca estuvo más cerca Julio Verne de la realidad que cuando tituló como "El faro del fin del mundo" a una de sus últimas novelas. A la vista está cuando en la tierra que me vio nacer cruzan el límite de lo increíble.
El atrevimiento de algunos dirigentes de pacotilla, que se dicen amantes de Cantabria y que en realidad solo practican la religión del oportunismo, con poca cabeza, poca cultura y pocos escrúpulos, llega a extremos indefendibles. Y el problema es que no es la primera vez que hacen tabla rasa con la lógica, y dejan a muchos de sus administrados con la boca abierta, con tal de colocar a la región en la primera fila de las naderías. 
Da igual el partido político en el que militen (podrían intercambiarse). Su principal actividad es dar palos de ciego para ver si suena la flauta por casualidad. Y la flauta no suena ni con el teleférico de la Vega de Pas, ni con la peregrina Ciudad del Cine de las Canteras de Cuchía, ni cuando se apuntan en el bando de bribones asiáticos que vienen a salvar equipos de fútbol en horas bajas. 
Un faro es un faro. Tiene magia por sí solo. Lleva implícito el espíritu del "finis terrae". No necesita ser una catedral. Y tampoco necesita vivir en el mundo del espectáculo, ni en el de los arlequines, ni en el de los encefalogramas planos.

lunes, 8 de junio de 2020

Cosas que vienen para quedarse


Hoy también llueve. Y no es que eso sea algo que venga para quedarse, porque ya estaba de siempre.
Hoy en esta región se entra en otra fase, pero los "encuentros en la tercera fase", ahora que todos estamos en riesgo de volvernos marcianos, habrá que dejarlos para mejor ocasión.

Ya ven, hoy he vuelto a la ventana de confinamiento después de unos días, a ver la lluvia caer, y ahí estaban ellos también, fieles a la cita y atentos a contemplar, intrigados eso sí, las cosas que suceden aquí abajo.  

domingo, 7 de junio de 2020

La raya


Cuando el miedo y los espíritus mágicos dominan el mundo, quienes realmente pretenden dominarlo nos hacen creer a conveniencia que más allá hay abismos y dragones o bien el paraíso y el perdón de los pecados. Pero normalmente son los mismos, los que  pretenden dominar el mundo, los que tienen el temor de que tú, en tu subversiva sencillez, cambies el mundo y pases la raya, cruces la línea o asaltes la frontera.

sábado, 6 de junio de 2020

Trabajos del reino


Van ocupando su lugar, 
como ovejas guardándose en el redil,
los rebeldes libros de mi vida.
Esos que se esconden cuando los busco
y abren sus alas cuando me acerco. 
Los que me acompañan si me pierdo,
los que me guían cuando me encelo.  

viernes, 5 de junio de 2020

Sembrador

    Fotografía: José Gabriel Herrería.

Cuando vi esta foto por primera vez me acordé de "El Sembrador" de Van Gogh y por analogía también del de Millet, al cual el pintor holandés versionó. 
Pero el que camina en la imagen no siembra, al menos en lo que así se entiende en su estricto término, sino que pasea contemplando al fondo una ciudad que es la suya, o al menos, la ciudad en la que más tiempo de su vida ha pasado, aunque le sea infiel cada vez que puede y haya mantenido con ella una relación inconstante y alterna en lo que al amor y al odio se refiere.
Vivió 28 años en la ciudad. En un barrio del norte que tenía mucho de endogámico y al mismo tiempo de externo. Ir al centro era bajar a la ciudad. Y eso solo se hacía para cuestiones oficiales o para marcharse temporalmente. Hasta los dieciocho años no se amplió el radio de acción, aunque solamente para acudir a clase a una escuela universitaria, que hoy es escuela de idiomas y entonces lo era de futuros y frustrados maestros. Esto permitió, de algún modo, la incorporación a la vida ciudadana o, al menos, a un sector algo más amplio de esa ciudad, a la que desde luego jamás hizo real y enteramente suya. 
Pero, ahí está, al fondo. Hoy también. Sembrando luz y penumbras en los ojos del que camina. Desde hace tantos años que duele como duelen los males familiares. Con levedad y por costumbre. 

jueves, 4 de junio de 2020

Poesía desmedida. Recital en La Vorágine.

Las podadoras


Esto que ven son hojas de un rosal y los semicírculos perfectos que las hojas tienen son los efectos del paso de la abeja podadora o abeja cortadora de hojas (megachile centuncularis). Como se puede comprobar, realiza un trabajo exquisito.
No conocía yo la existencia de ese insecto y, por lo que dicen en algún artículo que he leído a propósito, los devaneos de la abeja no son perjudiciales para el rosal, más allá de una cuestión meramente estética.  
No obstante, no sé por qué, el quebranto de las hojas me ha recordado la situación en la que está quedando nuestra sociedad y nuestros cerebros debido al trabajo insidioso de otro tipo de insectos podadores.
Maltrechos y cantando el himno de la legión.

miércoles, 3 de junio de 2020

Ellos


Cuando los veo, siento alegría en primer lugar porque nos devuelven parte de lo que hemos perdido.
En segundo lugar siento ternura porque tal vez algún día encuentren la isla del tesoro. 
En tercer lugar tengo esperanza porque es más que posible que ellos jamás se acuerden de estos días. 

martes, 2 de junio de 2020

Hola, tarabilla.


En un país en el que nos venden que todo el mundo ansía playas y terrazas como si el mañana no existiese, todavía hay quien abandona los límites impuestos de las ventanas indiscretas y sale a saludar a aquellos que le han permitido durante los meses del confín respirar y elevarse con sus vuelos más allá de la soledad y de la nostalgia.

Y es que hay algo más que lo que parece importante y necesario en el común de los telediarios. 

En realidad no necesitamos playas, ni terrazas, ni chiringuitos en el extrarradio de la antigua normalidad. No necesitamos fútbol, ni futbolistas, ni banderas, ni centros comerciales. Ninguno de los brillantes espejitos que nos pretenden vender los buhoneros.

Para nosotros es el mar, la vegetación, los acantilados, la tarabilla posando en una rama.

Para nosotros es el inmenso placer de ir recuperando poco a poco la presencia real de los amigos. 

Los que tienen alas y los que saben volar.       

lunes, 1 de junio de 2020

Casi


Ayer fue día de excursiones ligeras, visitas culturales y comidas compartidas.
Casi volvemos a la normalidad.
Casi.