Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 25 de noviembre de 2023

Retrato de familia

La Puebla de Alcocer.
 

¿Pero hubo alguna vez esa huelga general?

Pedir no se les pide nada porque "pa qué", pero alguna vez esos fantoches deberían aprender a respetar las instituciones en las que se apoyan para continuar obteniendo fondos públicos en aras de sus ridículas cruzadas.
Sería hora de que dejaran de tocar las pelotas con mociones de censura que saben perfectamente que no van a llegar a ningún puerto y se van a quedar en un soberano naufragio. Sería hora de que abandonaran esa manía de personarse en los tribunales "pa ná". Sería hora de que dejaran en paz a los antidisturbios para una vez que no apuntan sus cargas en el mismo sentido de siempre. Hasta involuntaria ternura produce la sorpresa que se han llevado a la par que la andanada de hostias. Sería hora de que se dejaran de la mandanga esa de la huelga general revolucionaria porque no saben, porque no tienen ni puta idea. ¿Cómo van a tenerla los gilis estos?
Uno pensaba que al menos ellos iban a poder arrastrar a todos los esquiroles que nunca van a ninguna ni por el forro. Pero es que tampoco. ¡Vaya por dios!   


jueves, 23 de noviembre de 2023

Eichmann en Jerusalén

El miembro de la jerarquía nazi más dotado para la resolución de problemas de conciencia era Himmler. Himmler ideaba eslóganes, como el famoso lema de las SS, tomado de un discurso de Hitler dirigido a estas tropas especiales, en 1931, "Mi honor es mi lealtad" -frases pegadizas a las que Eichmann llamaba "palabras aladas", y los jueces de Jerusalén denominaban "banalidades"- y los difundía, tal como Eichmann recordaba, a finales de año, seguramente acompañadas de una gratificación de Navidad. Eichmann únicamente recordaba uno de estos eslóganes, y lo repetía constantemente: "Estas son batallas que las futuras generaciones no tendrán que librar". Se refería a las batallas contra las mujeres, los niños, los viejos y las "bocas improductivas". He aquí otras frases tomadas de los discursos que Himmler dirigía a los comandantes de los Einsatzgruppen y a los altos jefes de las SS y de la policía: "Haber dado el paso al frente y haber permanecido íntegros, salvo excepcionales casos explicables por la humana debilidad, es lo que nos ha hecho fuertes. Esta es una gloriosa página de nuestra historia que jamás había sido escrita y que no volverá a escribirse", "La orden de solucionar el problema judío es la más terrible orden que una organización podía jamás recibir", "Sabemos muy bien que lo que de vosotros esperamos es algo sobrehumano, esperamos que seáis sobrehumanamente inhumanos". Aquí, nosotros tan solo podemos decir que las esperanzas de Himmler no fueron defraudadas. Sin embargo, debemos poner de relieve que Himmler casi nunca intentó hallar justificaciones desde un punto de vista ideológico, y que, cuando lo hizo, ello pronto cayó en el olvido. Lo que se grababa en las mentes de aquellos hombres que se habían convertido en asesinos era la simple idea de estar dedicados a una tarea histórica, grandiosa, única ("una gran misión que se realiza una sola vez en dos mil años"), que, en consecuencia, constituía una pesada carga. Esto último tiene una gran importancia, ya que los asesinos no eran sádicos, ni tampoco homicidas por naturaleza, y los jefes hacían un esfuerzo sistemático para eliminar de las organizaciones a aquellos que experimentaban un placer físico al cumplir con su misión. Las tropas de los Einsatzgruppen procedían de las SS armadas, unidad militar a la que no cabe atribuir más crímenes que los cometidos por cualquier otra unidad del ejército alemán, y sus jefes habían sido elegidos por Heydrich entre los mejores de las SS, todos ellos con título universitario. De ahí que el problema radicara, no tanto en dormir su conciencia, como en eliminar la piedad meramente instintiva que todo hombre normal experimenta ante el espectáculo del sufrimiento físico. El truco utilizado por Himmler -quien, al parecer, padecía muy fuertemente los efectos de aquellas reacciones instintivas- era muy simple y probablemente muy eficaz. Consistía en invertir la dirección de esos instintos, o sea, en dirigirlos hacia el propio sujeto activo. Por esto, los asesinos, en vez de decir: "¡Qué horrible es lo que hago a los demás!", decían: "¡Qué horribles espectáculos tengo que contemplar en el cumplimiento de mi deber, cuán dura es mi misión!".

Eichmann en Jerusalén.
Hannah Arendt.
De Bolsillo.
Traducción: Carlos Ribalta.     
 

domingo, 19 de noviembre de 2023

Amigo Mochuelo


Desde hace tres o cuatro años es para mi como un vecino más. Y aunque parece que a veces se ausenta el tiempo suficiente para que le eche de menos, él siempre regresa. Eso no quita para que, cuando salgo a caminar, esté siempre pendiente de su atalaya.
Si no está, pienso que su retorno no ha de tardar. Y si, por el contrario, me lo encuentro, le hago un par de fotos a modo de saludo y continúo el paseo con la sensación de que la observación de aves ese día empieza bien.
Él me mira, mientras me acerco, con ese gesto que no sé si interpretar como de curiosidad bienintencionada o de genuina displicencia. Ya entiendo que nuestra arrogancia, la de los humanos, es infinita y que necesitamos como el comer darle explicación comprensible a todos los actos que rodean a la fauna. Y que por tanto humanizamos tontamente lo que no entendemos. No obstante, pese a ello, saludo cuando me marcho y me parece que su mirada atentísima me persigue, como si me dirigiera una educada contestación, durante unos segundos. El tiempo oportuno antes de que el amigo mochuelo encuentre la razón para empezar a dedicarse a asuntos más importantes.  

sábado, 18 de noviembre de 2023

Filminas


Filminas, les decíamos. También diapositivas, claro. Eran el soporte progre, entonces, de la fotografía; aquel que, para los aficionados, superaba el descanso eterno de las imágenes en papel dentro de olvidados álbumes y cajas metálicas de membrillo. Tenían un ritual de almacenamiento y de clasificación, un cuidado de entomólogos ante las alas de las mariposas. No tocar, no desordenar. Anotar cuidadosamente número de orden y lugar. ¡Ay, los viajes, los primeros viajes y las primeras montañas!
Y sin embargo, hoy en día son también objetos del pasado, recuerdos arrumbados que, encima, envejecen mal, palidecen al tiempo que el polvo, los hongos y las huellas de dedos descuidados se convierten en vestigios de ancianidad. Y entonces volvemos a esforzarnos en su conservación transformando su naturaleza y convirtiéndolas en nube. La misma nube en que vamos transmutándonos nosotros.  

lunes, 13 de noviembre de 2023

Sol y Tioma

 Piedrasluengas

jueves, 9 de noviembre de 2023

Esa España que usted menciona

Observo con cierta aprensión las imágenes y las fotografías que lanzan los medios de comunicación sobre lo que está ocurriendo estos días frente a la sede madrileña de los socialistas y, supongo que, por simpatía, en otras sedes también, aunque no se publiciten tanto. Ya saben que el circo necesita de leones rugientes para subsistir.

He de decir que lo que más me llama la atención de los aquelarres que suelen montar en hordas, como es el caso, o en particular, es su concepto de España, aquí, o de patria en general porque, no nos vamos a engañar, la tontería por desgracia está muy extendida.

Acostumbran a hablar mucho de España o, al menos, a mencionar mucho, muchísimo, la palabra España, porque en realidad no pueden ir más allá. No tienen con qué. Tampoco tienen nada más a lo que agarrarse que el palo de la bandera. Imagínenselos suspendidos en el aire sin otra salvación.

Pero la verdad es que, en donde ellos ven España y los exagerados colores del faro de la patria, solo hay vanidad, orgullo castrense y pretensiones de supremacía. Si ustedes se fijan, en sus gestos y en sus actitudes son los mismos hooligans que acuden al campo de fútbol para ver ganar a su equipo, ya sea por lo civil o por lo criminal, porque no hay más en sus apetitos que la necesidad intestinal de triturar a los que no quieren ser como ellos.

Por eso todo a su alrededor es rabioso artificio, porque detrás de esa España que preconizan no hay nada. Tampoco hay gente.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Poema de la mar


Como Heracles he visto al otro lado del mar las manzanas doradas
en el jardín de las Hespérides. 
La tentación en la que nacen los dulces coros de las sirenas.
¿No lo observáis en el horizonte de mi sonrisa, en mi océano corazón? 


Mariano Calvo Haya.
Poema de la mar (fragmento).

martes, 7 de noviembre de 2023

Banderías

Y dijo el pérfido, el ruin santón de las cloacas:
"El que pueda hacer que haga".
Y salieron entonces de debajo de las piedras
y del fondo oscuro de los socavones
un sinfín de perdularios, la hez del subterráneo,
un batallón de gaznápiros,
la santísima hermandad de los alacranes.


lunes, 6 de noviembre de 2023

sábado, 4 de noviembre de 2023

¡Que ahorquen a Heródoto!


-¿Cómo dice, señor? ¿Duda usted de Heródoto?
-¡Que ahorquen a Heródoto! Y a Plinio junto con él. Francamente, ¿cómo puede pretender que un ser racional acepte todos esos disparates sobre tribus que chillan como murciélagos y son más veloces que los caballos? ¿O sobre esos pigmeos o duendes -o como los llamen- que corretean y saltan airosamente por los bosques como si la jungla fuera un parvulario de Mayfair? Le digo que todo eso no son más que mitos. Puro folclore. Tombuctú es tan real como la tierra de los lestrigones.
Sir Joseph Banks, presidente de la Royal Society, tesorero y director de la Asociación Africana para la Promoción de la Exploración, está sentado a la cabecera de la mesa de caoba de su biblioteca, en el número 32 de Soho Square. Frente a una copa de Madeira. Estamos en julio, las ventanas están abiertas, las mariposas nocturnas revolotean alrededor de las lámparas. En la pared del fondo, cuelga un mapa de África de Desceliers del siglo XVI. Sir Joseph lo contempla taciturnamente, apenas prestando atención al debate que tiene lugar a su alrededor. Una joya artesanal, ese mapa de Desceliers. Lleno de colorido. Imaginativo. Por supuesto, no es más que un esbozo, un perímetro con alfileres marcando topónimos, pero el vasto e inexplorado territorio interior permanece astutamente oculto tras un goteo de ríos imaginarios y legiones de míticas bestias, doncellas de seis brazos y cíclopes sin brazos o sin piernas. Sir Joseph suspira, bebe un lúgubre sorbo de vino. Dos siglos después, él y sus colegas -hijos de la Ilustración- casi saben tanto como Desceliers.       

T.C. Boyle
Música acuática.
Impedimenta.
Traducción: Manuel Pereira. 

jueves, 2 de noviembre de 2023

Orense

 Orense. Noviembre 2021.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Fantasistas


Supongo que ya había barruntos en el imaginario, a veces enciclopédico, de crónicas literarias revisadas, de escaparates de librerías observados al milímetro, de críticas escuchadas en cualquier cadena de radio o del boca a oído entre noveleros, pero lo cierto es que me encontré por primera vez con una obra de Rivera Letelier en una plaza ajardinada recién llegado a Copiapó, a la orilla del Norte Grande. Se trataba de "El fantasista", y nosotros, que jamás habíamos sido lumbreras y ni siquiera meritorios en aquello de dominar los caprichos del balón, nos sentimos hermanados con las glorias efímeras y los fracasos desvelados de aquel mago del fútbol salitrero.
Recuerdo que a poco llegaste tú, de sorpresa, a Santiago y al tiro compartimos descubrimiento, como antes lo habíamos hecho con los sabios escritos de John Berger y algún otro.
Entonces no, pero en algún otro viaje, yo creo que en aquel de varios meses que te marcaste, pudiste visitar alguna oficina salitrera fantasma y me trajiste alguna ficha, que aún conservo de recuerdo, de la oficina y ahora también de ti. Una de aquellas fichas de economato que mencionaba la Cantata de Santa María, repleta de injusticias y de "sequiedades del silencio, para siempre sequiedades".
Y ahí continuó, sin duda, el encantamiento con las historias que nos iba contando libro a libro el buen Rivera Letelier, aunque a veces nos parecía que flojeaba y repetía en demasiadas ocasiones la misma fábula. Pero seguíamos incansables e inabordables hasta llegar a "La contadora de películas". 
Ayer la vi, plasmada en carne y hueso de celuloide (o en lo que se quiera que ahora se hagan las películas, en polvo de estrellas quizá) y me acordé de todo esto y también de ti, que ya no estás, y de que al igual que la protagonista tú también tenías el magnífico poder de narrar una película en blanco y negro como si estuviera hecha en cinemascope y technicolor. Y también recordé que, si no hay nada que lo impida, en unos meses iremos de nuevo a ese Chile quimérico para el que tú también tenías pasaje.
Aunque ya no nos quede mucho tiempo para cambiar el mundo.