Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 27 de junio de 2013

Rayuela

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentrífico.
Pero ella no estaría ahora en el puente. Su fina cara de translúcida piel se asomaría a viejos portales en el ghetto de Marais, quizá estuviera charlando con una vendedora de papas fritas o comiendo una salchicha caliente en el boulevard de Sébastopol. De todas maneras subí hasta el puente, y la Maga no estaba. Ahora la Maga no estaba en mi camino...

Rayuela.
Julio Cortázar

miércoles, 26 de junio de 2013

Despojos



                             Lo que queda cuando no queda nada

domingo, 23 de junio de 2013

Laude leyendo

A la escuela fue poco. A los siete años trabajaba de motril y desde entonces no paró de ganarse el pan honradamente en los duros oficios que se le fueron poniendo por delante. Perfeccionó escritura y lectura en los largos meses de la mili, pero sobre todo aprendió las cuentas: aquellas que confirman que un hombre tiene más cuanto menos gasta y cuanto más trabaja.
Leer por deporte jamás se le pasó por la cabeza hasta que se jubiló y se volvió para el pueblo. Los largos inviernos no permiten cavar la huerta ni apenas subir al monte para buscar leña. De la tele ni hablamos.
Y desde entonces van cayendo libros y libros en la alforja. Unas veces, con ellos, viaja a la infancia que apenas tuvo. Otras, recorre países lejanos. Y así, bisbiseando palabra tras palabra, como quien camina por el mundo, va descubriendo que nunca es tarde para nada y que siempre queda tiempo para todo.

viernes, 21 de junio de 2013

After the rain



Si miro atrás
ya no me mojo con la lluvia de otros veranos.
Pero si miro atrás corro el riesgo de contemplar a alguien que fui entonces
y que se adentra empapado en el camino
a punto de convertirse
en estatua de sal que se disuelve.

sábado, 15 de junio de 2013

miércoles, 12 de junio de 2013

Homenaje a la Grecia (que sufre)

                                                          Solidarios en la desgrecia
                                                             TODO ES NEGRO
                                                                    Y LUEGO 
                                                          VIENEN LOS MATICES

Librería 41

En París de la "Frans"

lunes, 10 de junio de 2013

...y la primavera más.

¿Qué decir de la primavera, ahora que ya cuento otoños?
¿O de las primaveras que se disfrazan de invierno. Y que nunca llegan, y tampoco vuelven.?
¿Y qué, de las falsas y árabes primaveras?

domingo, 9 de junio de 2013

El horizonte está sobrevalorado...

Norte de Siria (2009)

Era primavera, hacía buen tiempo y las escolares estaban de excursión. Entre flores parloteaban sobre las cosas que hablan las quinceañeras y de vez en cuando miraban el horizonte. Todo era tranquilo en el país y nada hacía presagiar lo que vendría después.

viernes, 7 de junio de 2013

Altaïr

Vino conmigo a Malí y a Burkina Faso, a Vietnam, a Jordania, a la Patagonia, a Bolivia y a Perú, a Marruecos, a Escocia y a Irlanda ... Como quien vive.
Fui con ella al Tibet y a Samarcanda, a la Antartida, a Jerusalén y a Berlín, a Nueva Zelanda, por los rieles del Transiberiano... Como quien sueña.
Pero ahora cierra el kiosco de mi pueblo y la librería de Aguilar. 
Y sufren un eclipse las revistas de viajes.
Y hasta se apaga alguna estrella.  

jueves, 6 de junio de 2013

Jerga oída por ahí

Me encuentro con mi compañero Flores por la calle que, agitado y con prisas, se para apenas un segundo a saludar y me dice lo siguiente:

A mi pesar, eh, a mi pesar. Me tengo que ir con la máquina de reñir al Navajazo Bereber.

Y se marcha calle abajo, hecho un brazo de mar, convencido de ser el más grande y clarividente comunicador.

miércoles, 5 de junio de 2013

Dibujos de viaje (31): Desde la ventana de casa

En un poema de Pessoa se dice que Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo fuera;/y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,/que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.
Bueno, pues esto casi es lo que se ve cuando abro la ventana y me pongo a viajar (alrededor de mi casa).

martes, 4 de junio de 2013

Sin sonrojo

Tal vez aquellos españolitos que salieron por la frontera en el 39 camino de las playas de concentración en Argelès no viajaban al extranjero. Y probablemente todos los que en la década de los 60 (¡ah, los maravillosos 60!) con sus maletas de cartón tomaban el tren camino de París, o Bruselas, o Stuttgart, jamás salieron de su patria madre. 
O quizá, por el contrario, es que este paraje ibérico con sabor a jamón de bellota entonces era otra cosa..., algo así como diferente y olé.  ¿Será que Europa nos tira de la sisa?
Pues eso, que mientras la gente se ve obligada de nuevo a liar el petate, muchas veces hacia un destino igual de incierto que el de aquí,  el Pons y la Cospe, tan inefables como siempre, nos dibujan otro escenario que, en realidad, solamente oculta la impotencia y la incapacidad de su partido y su gobierno.
Así que, si tanto les gusta la patria putativa que es Europa, podían dejar de descojonarse un rato de nosotros, abstenerse de insultar a la inteligencia (que la tenemos muy sensible) y marcharse ellos con viento fresco para no volver.
No caerá esa breva. 

domingo, 2 de junio de 2013

Resistencias

Dicen que ayer fuimos 700. Y cuentan en letras grandes que somos pocos. Pero es lo mismo. Si fuéramos un millón (o dos) también dirían que somos pocos. Apenas un grano de arena en la inmensidad de la desvergüenza que gobierna en sus carteras. Una gota de agua en la ciénaga de sus medios de propaganda.
Y sin embargo es cierto que podemos ser como el agua y la arena un millón de veces repetidas.
La lluvia pertinaz que socava las murallas de barro.

sábado, 1 de junio de 2013

Maldades


EN ROMANCE PARA QUE LO ENTIENDAN


Tienen don de ubicuidad 
y no están en parte alguna;
quiero decir que no están 
donde nadie no los busca.
Perejil de cualquier salsa,
toda causa es cosa suya
y en su provecho confunden
argumento con argucia.
Cuando entre sí se interrogan
su jactancia siempre es mucha
y sus respuestas son fiel
reflejo de sus preguntas.
No hay razón que les desarme
porque nada les inmuta
y sus lenguas desconocen
la exactitud y la duda.
Toda su razón de ser
es la efímera tribuna
donde son lo que parecen,
heraldos de su impostura.


Francisco Castaño.
Libro de las maldades.
Poesía Hiperión.