Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

lunes, 28 de noviembre de 2011

Trincheras

Parece ser que en el cordal que dominan Peña Negra y Peña Morquera, a la sombra de Peña Galicia, se mantuvo parado mucho tiempo el Frente del Norte durante la Guerra Civil. Como resultado quedó, similar a una larga cicatriz, la línea de trincheras que ahora dormitan decadentes entre escobas y brezos.

Tras la contienda muchos de los refugios y abrigos fueron aprovechados por la guerrilla que en aquellos montes permaneció durante años, y desde donde dispuso de una privilegiada atalaya para la vigilancia de los pasos de las fuerzas represoras franquistas.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Otoño y otras cosas

Regreso de León con el otoño aún en los árboles.
En la Collada, las trincheras de la guerra van deteriorándose cada vez más.
Poco a poco serán invisibles.
Como los recuerdos y los muertos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Gulnaz

Es afgana y se llama Gulnaz. Ha sido condenada a 12 años de cárcel por los tribunales de su país, tras acusación de adulterio, porque el hombre que la violó estaba casado. Y si este inicio (que para sí quisiera Kafka) se considera poco argumento, rizando el rizo, parece ser que la única forma que tiene esta mujer para librar de la condena es casándose con el tipo que la violó, según el curiosísimo criterio de remisión de penas de los hombres de la ley de ese país.

En el periódico en que leo esta noticia añaden que "este tipo de situaciones no son casos aislados. En Afganistán, ocho de cada diez mujeres sufren violencia de género y un 60% es obligada a casarse antes de cumplir 18 años". Además, continúa el periódico, "tras ser humilladas, ni la Justicia ni sus propias familias las apoyan o las reconocen como víctimas, sino que las consideran culpables; y a menudo son asesinadas por la vergüenza que produce en su comunidad que hayan sido violadas".

Mañana viernes, 25 de noviembre, es el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres. En Santander, la Comisión contra la violencia de género convoca una manifestación que saldrá de la Plaza de Numancia a las 7.30 de la tarde.

Como en tantas otras cosas, y porque en todas partes saltan las liebres (también en Españistán), no queda otro remedio que resistir.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Una buena noticia al menos.

En Oregón se han librado de la horca, la silla eléctrica, el pelotón de fusilamiento, la inyección letal o lo que demonios utilizaran para asesinar a sus presos.
Que cunda el ejemplo y se extienda el virus.

La magia

Se hace extraño volver a los bares en los que has vivido como quien regresa a un paraje en el que nunca antes estuviste. Es extraño sentir por unos instantes la magia que te roza delicadamente antes de abandonarlos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Alegría del pobre

La alegría del pobre es ligera como una pluma de ave,
pero tiene el vuelo corto y la esperanza amplia.
La alegría en la casa del pobre compra suspiros en incómodos plazos
y contempla llanuras desde la cúspide de las penas.
La alegría del pobre, cuando es alegría,
suele ser sonrisa humilde que tapa al llanto.


MCH

domingo, 20 de noviembre de 2011

Otro 20-N más

Cuzco (Perú)

sábado, 19 de noviembre de 2011

Para lo que ofrecen hay poco que reflexionar

Por enésima vez me sorprendía el hecho de que, cuando viajas, te encuentras con esa tercera parte de la sociedad que constituye el escalafón más bajo, donde al menos un tercio se han convertido en mutantes sociales que se las deben apañar como trabajadores humildes que viven del salario mínimo y sin la posibilidad de trasladarse a otro lugar para ver cosas nuevas. En Washington, entre tanto, aquellos que podrían ayudarles ni tan siquiera se dan cuenta de que existe esa gente: hay algo en el xenófobo poder hipnótico de los políticos que les impide extrapolar cualquier otra realidad que no sean sus esfuerzos para obtener la reelección. Están haciendo ímprobos esfuerzos para lograr que la sociedad sea más inflexible a fin de proteger a los de arriba, para lo cual no dudan en sacrificar a ese tercio que constituye el escalafón más bajo.


Jim Harrison.
De vuelta a casa.
Muchnik Editores.

Cita para jornadas de reflexión

Cuando los corderos se pierden en el monte se les oye llorar. Unas veces acude la madre. Otras, el lobo.

Cormac McCarthy.
Meridiano de Sangre.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Para no dar ni golpe

En otra página del mismo periódico leo que Mariano Rajoy, en campaña electoral como si fuera un paseo militar, afirma que gobernará entre la audacia y la prudencia.

O sea, en el justo término medio: Ni con una ni con otra.

Como es él.

El Golpe (Colpo di Stato)

Leo en el periódico que "los tecnócratas ya gobiernan en Italia" (también en Grecia). Y a continuación, bajo el titular, se indica que Monti (el nuevo primer ministro) forma un gabinete con miembros de la empresa, la banca y la iglesia. Y es que, para estas cosas, en algunos Estados ya los "militronchos" ni hacen falta.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Calle 13


Escucho por primera vez esta canción en un bar de Sucre y aún me dura la emoción.

martes, 15 de noviembre de 2011

Javier Heraud

Partida


De pronto estaba en el avión
y todo era nuevo, raro, extraño.
Ahí quedaban madre y padre
y hermanos y camaradas.
("Es difícil dejar todo abandonado"
pero yo sabía que volvería luego,
y todo nacería de nuevo
bajo la primavera vieja y tardía de Lima).
¿Qué son 24 horas en un avión
sino el tedio, el sueño, el hastío?
Pero a veces se ven hermosas nubes
y campos pequeños,
y cielos y lluvias, y mares.


Javier Heraud (1942-1963)
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En mi último día en Perú encuentro en una librería un ejemplar de "Poesía Reunida" de Javier Heraud, muerto a los 21 años en la guerrilla.

Como un verso cortado en flor.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Teatro de Sombras

El poeta argentino Roberto Juarroz decía en un poema que en vez de ser el pájaro el que vuela en el aire parece el aire el que vuela en el pájaro. Del mismo modo aquí nos queda la duda de si es la rama la que sostiene al pequeño picaflor o por el contrario es esta sombra de pájaro la que aguanta firme la rama y, por ende, el equilibrio del mundo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Encrucijándonos

A Nadja, alemana de Stuttgart, la conocimos en el albergue de Santa Cruz de la Sierra y viajamos juntos hasta Samaipata. Luego coincidimos con ella en varias ocasiones en la ciudad de Sucre. Para entonces acostumbraba a estar más tiempo con Yorki y con Sofía. La última vez que la vimos nos cruzamos unos instantes en una estrecha galería de la mina de Potosí.
Yorki es un joven cubano, del centro de la isla, aunque su familia vive en La Habana y él en Copenhague. Acostumbra a viajar a Cuba cuando puede para verla. No obstante es un cubano diferente. Su acento sólo sale cuando empieza a haber confianza. Su novia, Sofía, es danesa, y le ha robado todo su acento hasta el punto de que comprendimos que realmente él era cubano cuando la oímos hablar a ella. Los vimos por primera vez en la recepción del albergue de Santa Cruz, pero no reparamos mucho en ellos, recién llegados como estábamos. En realidad nos “encrucijó” la tremenda lluvia de Samaipata, y mientras tomábamos café pacientemente, comenzamos a hablar de Cuba (¡cómo no!). Luego nos volvimos a encontrar en Sucre varias veces, hasta que nos dimos nuestros respectivos correos electrónicos (que en los tiempos que vivimos es como una promesa que no siempre llega a cumplirse).
José es mexicano del DF y viaja con su chica, Paulina, a la que él muchas veces llama “la flaca”. El tiene 26 años y ella, que es de Colima, ha cumplido 24. Ambos, junto a nosotros, formaron parte del grupo de temerarios que nos adentramos en la mina de Potosí bajo la guía y el buen gobierno de Helen, una entrañable y combativa dama de las profundidades que está al mando de la Agencia Amigos de Bolivia, radicada en la calle Ayacucho de la ciudad minera.
José tiene pinta de nazareno, es decir, es guapo como un cristo redimido; hasta el punto de que dentro de las galerías, al cruzarnos con los mineros, alguno le dice aquello de “¡Jesús, bendíceme!”. Paulina es como un hada sonriente a la que, por alguna extraña razón, recuerdo a su padre. Bajo su deseo nos hicimos una foto para enseñársela al progenitor y que así pudiera comparar ese inexplicable parecido. Ya veremos.
Junto a los mexicanos conocimos a Felipe, un brasileño de Porto Alegre, alegre y paliducho, que se había “encrucijado” con ellos en Uyuni. Felipe tenía la intención de pasear su pelo rasta durante cinco años por el mundo, trabajando para vivir, lo cual es muy encomiable. A Felipe lo volvimos a ver por última vez en La Paz, en la calle de las brujas, horas después de ver, también por última vez, a José y a Paulina, y se despidió de nosotros deseando que alguna otra vez nos tropezáramos por alguna calle del mundo. Y así de casual tendrá que ser porque no tenemos más datos suyos.
Y en el grupo de la mina también estaba Gustavo, un silencioso boliviano que vivía en Argentina y que volvía de turista a su propio país.
En el Salar de Uyuni conocimos a Carlos y Catalina, uruguayos, que nos recomendaron un hotel en La Paz y que luego volvimos a ver en Aguascalientes la tarde que ellos bajaron del Machu Picchu y la víspera del día que nosotros subíamos. Los antepasados de Carlos eran gallegos de Galicia, de un pueblo de Coruña que no recuerdo, y los de Catalina, por sus impresionantes ojos rasgados y azulísimos, no me extrañaría que fueran de algún sitio en el que habiten los elfos.
También en Uyuni conocimos a la familia Orjas, un joven matrimonio de franceses que viaja con sus dos niños. La familia de ella, de Carine, procede de Ponferrada y la de él, Cristophe, de Alcoy y en la segunda noche de Uyuni se estableció una curiosa y emocionante conversación de encrucijada entre ellos y Corinne y Carlos y otros más, todos hijos o nietos de emigrantes y exiliados españoles. La familia Orjas se marchó camino de Chile, pero justo en la raya nos dieron la dirección de su blog y así vamos siguiendo sus pasos (que por cierto, hoy están en el Fitz Roy).
En la conversación que antes mencionaba también intervino David, mexicano que vive en Gales admirando los prados verdes y soportando la lluvia incontinente. Y por allí también deambulaba la canadiense Emilie, que luego nos dio su teléfono en La Paz, aunque por otras circunstancias no volvimos a ver.
Y más tarde, ya en la parte peruana del Titicaca conocimos a un ecuatoriano de Riobamba que le preguntó a Sol lo que le parecía su ciudad, y a Sol no le quedó más remedio que ser sincera. Y en el mismo barco viajaba Isis Ariadna, residente temporal en Bogotá, que jugando a las adivinanzas nos dijo que ella era del país que más le dolió perder a España. Y nosotros dijimos Cuba, y ella dijo México. Y todos teníamos razón.
Y eso es lo bueno de estar “encrucijándonos” todo el día. Que todos tenemos razón. Y que ahora estamos y luego no. Y más tarde nos encontramos. En alguna calle del mundo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Dibujos de Viaje (12)

Aeropuerto de Lima (Perú)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Machu Picchu

Machu Picchu



Inútiles conquistadores
miopes orfebres del espanto,
puesto que pasasteis de largo
sin apostar vuestra pobreza
en manejar el arcabuz;
a vosotros, desventurados,
que tanto mirabais al cielo
(aunque esa vez se os olvidó)
agradecidos os quedamos
la luna, los cóndores y yo.


Mariano Calvo Haya.
El Privilegio de los Pájaros.
Colección Árgoma.
Santander, 1998.

sábado, 5 de noviembre de 2011

...y Perú III

La noche de Halloween en Cuzco nos pilla admirando en la tienda de una asociación indígena unos tejidos artesanales increíbles. Cuando estamos a punto de salir accede al comercio un chaval de 12 ó 13 años disfrazado de fantasma de película de Hollywood que, como único saludo, dice la palabra mágica que da nombre a la presunta fiesta, mientras muestra a la señora que atiende una especie de saquito en el que espera recibir alguna donación, tal como mandan los cánones.

La señora, una indígena ya anciana, le responde con lo siguiente:

-"Esa no es mi cultura. Si vos quieres ser gringo es tu problema. Ándate".

Y el niño se marcha calle abajo hacia la Plaza de Armas con su inesperado regalo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

...y Perú II

Al día siguiente, otra vez a la entrada de la Catedral de Cuzco, un señor con traje que se presenta como antropólogo, tras la consabida pregunta sobre mi nacionalidad, me oferta inicialmente la visita a un museo y con posterioridad me aconseja que en este día no deje de hacerme con un Apu.

Le pregunto de qué se trata, y me dice que es una especie de diosecillo de la mitología inca que protege de todos los males (intuyo que también de los terremotos).

Cuando le interrogo sobre el modo de conseguirlo se ofrece a traerme uno al instante, haciéndome la advertencia de que no se debe comprar y tampoco, para que sus poderes sean efectivos, se debe vender. Por tanto debo dar por él la voluntad.

En el momento en el que me lo entrega observo que es una figurilla metálica dentro de un saquito de tela indígena.

Mi voluntad es de 10 soles, y la suya es que algo que vale como 600 (?) no se puede entregar por la ridícula cantidad de 4 euros al cambio (calculado por el antropólogo con total inmediatez, lo cual me hace comprender para qué valen los estudios de Antropología en los tiempos que corren).

Total, que al igual que en el día anterior y toreando en la misma plaza (la de Cuzco) me quedo de nuevo desprotegido y al albur de las fuerzas ignotas del destino. ¡Vaya por dios!

O por apu.

...y Perú

A la entrada de la Catedral de Cuzco una señora pretende (previo pago, supongo) prenderme en la pechera una medallita con la imágen del Santo Cristo de los Temblores, que por lo visto es indispensable contra cualquier terremoto.

Lo evito como puedo y le manifiesto a la postulante mi falta de disposición a la creencia.

La buena señora responde: "Ay, señor! No diga eso". Y me mira horrorizada como si ya en mis ojos viera reflejadas las llamas del infierno.