Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

miércoles, 29 de julio de 2015

Mi voz en el extremo

 Fotografía de Pilar Chato.

Pues sí. Visito Moguer con ocasión de esta edición de Voces del Extremo. Debuto en la Peña del Cante Jondo (¡ahí es nada!). Me presento como una voz del extremo norte y, sin querer, voy caminando verso a verso hacia el norte del Cabo Norte. Y ya ven: ahí, justamente ahí, comienza el sur. 
Y vuelvo a Moguer.
No sé si Moguer tiene aire de limonero en flor, pero me gustaría imaginar que transito, tal vez en otra época, por la Antigua Calle Nueva y saludo a Juan Ramón.
No sé si Moguer tiene aire de limonero en flor, pero abrazo a Miguel, después de tanto tiempo.
No sé si Moguer tiene aire de limonero en flor, pero delante de mí caminan Paco y Pilar, enamorados.
No sé si Moguer tiene aire de limonero en flor, pero aquí estoy, protegiéndome otra vez, a la sombra de Sol.     

martes, 21 de julio de 2015

Una selva de tomates verdes


                                  Míralos, ahí, en la espesura. Emboscados como vietcongs.

lunes, 20 de julio de 2015

Baba Ganoush

El Baba Ganoush es una crema de berenjenas, a la que también se la suele denominar como Mutabal. Tiene un aspecto parecido al Hummus (crema de garbanzos). Yo lo probé por primera vez en Siria, cuando aún se podía viajar a Siria.

Os incluyo aquí una receta tomada de un libro de cocina libanesa que tengo por casa.

Ingredientes:
- 2 Berenjenas partidas por la mitad en vertical.
- Sal.
- 1 Diente de Ajo machacado (la receta dice dos, pero me parece un poco excesivo; es recomendable no echar todo el ajo a la mezcla de golpe, ir probando para que quede a gusto del consumidor)
- 2 cucharadas de zumo de Limón.
- 1/4 de taza de tahina
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- 1 cucharada de menta fresca picada.
- Pimentón (opcional)
- Se puede adornar también con aceitunas (también opcional).

Preparación:

-Precalentar el horno a 190 º más o menos
-Salar las berenjenas por la parte de la pulpa y hacerle unos cortes transversales (a la misma zona) para que luego queden mejor asadas.
-Dejar reposar las berenjenas de 10 a 15 minutos y eliminar la sal con agua. Luego secarlas con papel absorbente.
-Colocar las berenjenas boca arriba en una bandeja y asarlas durante 20 minutos.
-Luego se le quita la piel.
-Colocar las berenjenas, el ajo, el zumo de limón, la tahina y el aceite de oliva en una picadora y triturar hasta conseguir una crema fina. Sazonar al gusto y mezclar un poco más.
-Más tarde la crema se coloca en una fuente y se decora la superficie con un poco más de aceite de oliva, y menta picada y pimentón espolvoreado.
Se pueden añadir unas aceitunas.


viernes, 17 de julio de 2015

Supongo que es lo que nos espera


AVISO PARA POETAS LECTORES EN LOS ENCUENTROS DE EDITORES INDEPENDIENTES. PUNTA UMBRÍA.

leer en un garito
a partir
de las doce de la noche
impone un respeto
con todo el personal
medio mamado
o medio no se sabe

o tienes más tablas
que nicanor parra
o a las doce de la noche
todos los poemas cojean
del mismo verso

el silencio a partir
de las doce de la noche
no absorbe
la luz lírica de las estrellas

poetas premios canibal
absteneos
poetas ilustrados independientemente dependientes
absteneos
poetas afiliados al malditismo
absteneos
poetas burócratas de la resistencia

absteneos
de leer
por el bien de vuestros
superegos

a partir de las doce de la noche
sólo los poetas aficionados
de segunda categoría
se atreven a plantarle cara
a la atmósfera celestial
de los tugurios

y si no se imponen
recogen los bártulos
y se van


Ridiculum Vitae
Amín Gaver / Eladio Orta
Amargord Ediciones

lunes, 13 de julio de 2015

sábado, 11 de julio de 2015

Volver


Acodado en la barra del bar, con la familiaridad de un veterano o la constancia de un busto de Hemingway, observo la ausencia en un gesto mil veces repetido, primitivo. Como diría un Heráclito atacado por una sed de siglos de democracia helénica, uno nunca llega a beberse, por mucho que lo intente, la misma cerveza en el mismo garito. Y así es: aquí faltan parroquianos y sobran años de distancia.
Sin embargo, el escenario parece el mismo. Las mismas mesas, las mismas sillas, los mismos libros soportando las paredes; en ellas los mismos cuadros: los paisanos de Saint Kilda, la vieja orquesta cubana, las tímidas desnudeces de mujeres de 1920, el cartel del Sub, el dibujo de aquella fiesta solidaria, la plaza llena de tanques en fila china, el retrato del Che…
El retrato del Che.
En una ocasión en que estábamos solos, el camarero me preguntó: “¿Si este bar desapareciera algún día con qué te gustaría quedarte?”
Y yo le contesté, con demasiada seguridad, mirando el inusual retrato de un Guevara de ojos sonrientes, tan lejos del conocido guerrero icónico.
El retrato, hoy, sigue ahí, prisionero de la pared y de la indiferencia. Y yo debo aceptar que me equivoqué.
“¿Si este bar desapareciera algún día con qué te gustaría quedarte?”
Ya ven: Con las noches de humo y las largas conversaciones, tiernas y repletas de ironía. Con los grandes proyectos irrealizables. Con tres o cuatro versos. Con los besos y los abrazos y la música que rodeaba el mundo y regresaba a ese pequeño y oscuro lugar donde vivíamos, tan borrachos de tiempo que olvidábamos por momentos que, en algún lugar fuera de allí, teníamos casa.   

viernes, 10 de julio de 2015

jueves, 9 de julio de 2015

miércoles, 8 de julio de 2015

Las Españas

Madrid. Marchas de la Dignidad. 22 de marzo de 2014.

Miguel, desde su atalaya cubana, lo llamaba "Las Españas" con mucho conocimiento de causa. Una maldición de siglos que lleva a golpearnos con el garrote por un quítame allá ese pensamiento. O sin pensar, que es lo mismo. 

lunes, 6 de julio de 2015

Verano


Volvemos a León con el comienzo del verano. En el pueblo se nota más movimiento. Pasan coches por debajo de nuestra ventana, además del habitual de la panadera. Hay paseantes, gente que no conozco. Una mínima actividad que hace despertar a las piedras, a los árboles y a los pájaros de su letargo de invierno.
Salimos al monte, por la tarde, lejos del calor. Grecia también está muy lejos, más allá de los robles, pero aún así seguimos diciendo que no. Chile, al otro lado del mar, mete goles de penalty a la tristeza. Hace años en el mismo lugar, en la misma portería, un milico ponía cadenas a la alegría.
Caminamos sobre la hierba alta, atentos a los sonidos: el zumbido de los moscardones, el aleteo de los arrendajos, el graznido de la corneja. En la distancia, los campanos del rebaño y el tren que se dirige a la ciudad.
Mayo, ajeno a nuestros pensamientos, viene y va entre los árboles.

jueves, 2 de julio de 2015

La gallina ciega



-Ya sé que no has venido a eso. Pero, si tuvieras que contestar a esta pregunta: "¿Por qué perdisteis la guerra?", ¿qué contestarías?
-Primero, por Inglaterra.
-¿Y luego?
-Por la CNT.
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La terrible soledad del intelectual liberal español que se quedó aquí en 1939 o regresó años más tarde (los que sean) a querer trabajar. Si rico y desengañado: en su piso o finca, callado, inmóvil, ignorante; si no, trabajando en lo que no le interesa o echado a punta de pistola (como Bergamín). No hablo del político que vino a jugarse el físico y de eso vive como vivió, clandestino de sí mismo, sino del triste encerrado en su piso, a lo sumo con su mujer; en el mejor de los casos, con sus libros, releyendo, tomando el sol, refugiado por partida doble: el que no soportó el país que le tocó ni es soportado por el suyo, a su regreso. Se queda en casa, viviendo lo que fue, viéndose como en aquel tiempo, imposibilitado para el futuro como lo está para el presente.
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Cuentan cómo al pasar por Úbeda preguntaron al sacristán que les guiaba, en la iglesia, dónde y cómo murió San Juan de la Cruz.
El joven, sin titubeo, al instante contesta:
-Lo fusilaron los rojos.
Inconcebiblemente, reimos.



La gallina ciega. 
Max Aub.