sábado, 31 de octubre de 2020
El infinito en un sueño (Día octavo)
viernes, 30 de octubre de 2020
Apariencias (Día séptimo)
jueves, 29 de octubre de 2020
El afán (Día sexto)
miércoles, 28 de octubre de 2020
Il Medico della Peste (Día quinto)
Ella era joven. Y hasta me pareció guapa, embutida en su uniforme de campaña, aunque solamente pude ver sus ojos y escuchar una voz cantarina que me decía: "te voy a molestar un poco".
Y es verdad que el hisopo en lo más profundo de la nariz es desagradable, pero más lo es la inseguridad, la duda y el desasosiego.
"Me has hecho llorar", le dije cuando terminó.
"Sí, te he emocionado", replicó burlona.
martes, 27 de octubre de 2020
Exploraciones (Día cuarto)
lunes, 26 de octubre de 2020
Un lapso de tiempo (Día tercero)
domingo, 25 de octubre de 2020
Territorio en destrucción (Día segundo)
sábado, 24 de octubre de 2020
El monstruo (Día primero)
martes, 20 de octubre de 2020
Un faisán en tierra extraña
No sé cómo son los faisanes en su medio, pero éste en estos lares es un poco torpe y como no se espabile le auguro menos futuro que a un testigo de Jehová en una asamblea de anarquistas. Espero equivocarme y que vuele sobre los prados por mucho tiempo mientras vigila las andanzas de sus nietos.
Porque no me digan que no es guapo el susodicho.
lunes, 19 de octubre de 2020
Elena Garro
domingo, 18 de octubre de 2020
viernes, 16 de octubre de 2020
La envolvente
jueves, 15 de octubre de 2020
Garza Real
martes, 13 de octubre de 2020
El reyezuelo
El reyezuelo. Sin duda, el más grato representante de la monarquía.
lunes, 12 de octubre de 2020
domingo, 11 de octubre de 2020
Volar
sábado, 10 de octubre de 2020
El parque
Todas las tardes camino por el parque entre abuelos solitarios, sentados en los bancos de uno en uno, mirando al suelo, contemplando en las hojas caídas el proceso de decrepitud que nunca reconocerán como propio.
Todas las tardes camino por el parque tomado por adolescentes que gritan a las copas de los árboles con una furia y un alborozo que merecería mejor destino.
Todas las tardes camino por el parque, cruzo hacia la orilla del estanque en el que nadan distraídos los azulones. Saludo a los reyezuelos y a los carboneros y me imagino que ese vuelo inquieto y esos tirabuzones alrededor de mi cabeza son un sencillo modo de amable correspondencia.
Luego salgo por el otro extremo del parque y espero a que llegues, como todas las tardes, en la mitad del puente de piedra.