Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 30 de noviembre de 2021

Renacer

Resurgir
levantarse
y caminar


 

jueves, 25 de noviembre de 2021

Monte a través


La verdad es que somos un raro engranaje en un reloj distorsionado.
Hoy la jornada empezó siendo un día normal por estos lares y en estas fechas. Lluvia a ratos, hasta que la lluvia toma confianza; sol a veces, tímido eso sí; nubes como barrigas de beodos, grises como el paréntesis gris que nos ha tocado de un tiempo a esta parte. Hoy el día empezó normal tirando a mezquino y se puso del color de los albañales a medida que iba transcurriendo.
Por la tarde he estado en la manifestación más amarga que nunca he vivido porque hay noticias que nunca deberían darse.
Y ya la lluvia se apoderó de la noche como si un leviatán nos hurtara los días.
Pero antes había entrado en una librería y había comprado un libro con título premonitorio. Monte a través. Un libro en el que alguien abandona a su familia en un día normal sin decir nada, como quien va a dar un paseo a la vuelta de la esquina y, sin embargo se adentra, solitario, en ese mundo de bosques y montañas tan corriente, tan habitual... Tan desconocido.
La verdad es que somos un raro engranaje en un reloj distorsionado. Y también somos el dolor que nos va quedando cuando no sabemos acertar con el rumbo que toman, a veces, algunos ángeles guardianes.  


 

Hierba mora


A pesar de cuanto he dicho acerca de conservar el aroma personal del cuerpo, es propio de la mujer adornarse y prepararse, peinarse, perfumarse y ungirse como si fuese una diosa para olvidar que algún día su preciado cuerpo será pasto de gusanos.Y, puesto que los hombres frecuentan amantes pulidas, yo misma he caído por veces en el defecto de querer gustar y encender pasiones, como si las personas pudiésemos mejorar con unturas. Pues, aunque no convenga abusar de ellos, natura nos ofrece aromas que podemos aprovechar. Para hacer un perfume almizclado que bien puede usarse en los conjuros de enamoramiento, tomad una parte de agua de azar, y dos de agua rosada, y un poco de agua de trébol, y otro poco de mirto y algo del rosal espinoso que acostumbran a llamar mosquete. Una vez juntas todas estas aguas en una redoma, pondréis en ella una pizca de ámbar y otra de almizcle molido y, finalmente un poquitín de algalia. Y, tapada la redoma, la pondréis a curar al sol removiéndola cada mañana hasta un total de nueve y luego ya podéis usarla, teniendo buen tino de a quién os dais a oler con un tal perfume, no produzcáis desasosiegos sin tino y pasiones que no podáis atender.


Hierba mora
Teresa Moure
Ed. Hoja de Lata

jueves, 18 de noviembre de 2021

Paseos con mi madre


Los pensionistas deambulan con pantalones tejanos de pinzas y se cuentan que no les dejan fumar en casa y que han salido para hacerlo medio a escondidas, así algunos han pasado de la clandestinidad política a la sanitaria. La democracia la fueron conquistando estos hombres y mujeres calle por calle, árbol por árbol. La democracia es una cosa que se puede tocar, y que esta gente tuvo en sus manos durante días seguidos y noches enteras. Conseguir un colegio público en un barrio que no lo tenía; la construcción de un ambulatorio donde no llegaban los médicos; dejar una plaza sin edificar para que los niños jueguen, hacer un polideportivo  para que el único deporte no sea apedrear perros; lograr que pase un autobús por donde no pasaba nada o que llegue el metro a donde no llegaba para poder ir al trabajo sin necesidad de pisar charcos, sin aguantar la lluvia y el frío de la madrugada, sin andar por los descampados que separaban el barrio de los transportes públicos, esa es la democracia que hicieron realidad estas gentes encerrándose en los locales de sus asociaciones de vecinos, encadenándose a verjas, cortando el tráfico, protestando en la calle, luchando. La democracia es algo que se ve y se toca, y donde no se percibe es que no la hay. La democracia es ante todo una cosa de manobras porque en última instancia se hace con las manos. Y todo esto que ya está, los ambulatorios, las bocas de metro, los colegios públicos..., es también lo primero que se pierde cuando desaparece la gente que lo ha traído. Quienes llegan detrás creen que eso lo pone la naturaleza, como las hierbas y los saltamontes. Pero lo pone la política, y las cosas hay que conquistarlas permanentemente. Lo primero que ha quitado el Gobierno de Convergència al recobrar el poder ha sido eso: bocas de metro, guarderías, maestros y hospitales públicos, porque las personas que los pusieron o se han muerto o ya no están para defenderse.

Paseos con mi madre.
Javier Pérez Andújar.
Tusquets Editores.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Hurrias


Tengo una cicatriz por debajo de la rótula y tres o cuatro recuerdos de la guerra en la cabeza. De una guerra a peñascazos  de hace muchos años, cuando aún la mayoría nos vestíamos con pantalón corto y jersey de tricotosa. Cuando no necesitábamos una declaración formal para abrir hostilidades y sí el cruce bravucón de la línea imaginaria que separaba el ficticio territorio de mi barrio del igual de quimérico de los vecinos.

Allí no se hacían prisioneros, a lo sumo contusionados, y el conflicto acababa temporalmente cuando llamaban las madres de cada cual a gritos por las ventanas o cuando llegaba la sagrada hora de las meriendas de pan con las consabidas dos onzas de chocolate. Luego, si te he visto en campo enemigo ni me acuerdo. Se dejaba para otro día, o para cuando hubiera humor, la acumulación de pedruscos y otros proyectiles y, de cuando en cuando, nos retábamos en los prados del pasiego a perseguir una pelota de goma o, en el mejor de los casos, aquel balón de reglamento que a algún afortunado le habían traído unos Reyes dadivosos en las anteriores Navidades. El caso era porfiar, ser antagonistas, contrincantes, contendientes de un barrio o del otro, como si  vivir en uno u otro lugar a cien miserables metros de distancia marcara un carácter diferente a quienes procedían de un mismo origen campesino y obrero. Gente humilde al fin con la misma camiseta bajo el anorak de combate.

Cuento todo esto porque hace unas pocas horas me ha llegado la tristísima noticia de la muerte de uno del otro barrio. Alguien, un compañero, con el que coincidí muchos años después en el mismo trabajo y en el mismo comité de empresa aunque, vaya por dios, en distinto sindicato (como no podía ser de otra manera, dado nuestro historial pertinaz).

A veces, en algún descanso, no muchos, recordábamos con cierta nostalgia aquellos días de gloria herrumbrosa, polvo y sangre en las rodillas, cuando éramos guerreros de sesión de tarde y no de jornada partida.

Apenas sombras difusas de un tiempo lejano.


lunes, 15 de noviembre de 2021

Retrato con Morfeo

                                                                                                  Fotografía de Tino Andrés


Sueño mientras medito
y medito si me duermo,
 desvelo cuando me acuesto
y pienso porque existo,
en cuanto cierro los ojos,
en las historias que miro.


domingo, 14 de noviembre de 2021

Zapatistas


Están por aquí.
Surgen, insurgentes, de las profundidades del tiempo. 
Del tiempo en el que fuimos y del tiempo en el que ellas serán.
Nos sentamos frente a frente y hay un mundo y un océano entre ellas y nosotros.
Y de repente la imprudencia blanca comete el pecado impenitente. 
Ellas nos hablan de lo que son y alguien les dice lo que deben ser
como si el río que nos separa no fuera un río
sino un espejo en el que admirar únicamente
el rostro suficiente de Narciso 
y nuestra tranquilidad imperfecta. 






miércoles, 10 de noviembre de 2021

Pueblos XVI

      Monte Sant'Angelo. Promontorio del Gargano. Italia.
 

martes, 9 de noviembre de 2021

lunes, 8 de noviembre de 2021