Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 21 de diciembre de 2018

Grimau aguarda


 
Dice el gobierno desde Barcelona que se trata de un gesto. Y a mí lo de Lluis Companys me parece bien. Que se condene en Consejo de Ministros el consejo de guerra que permitió su fusilamiento por la dictadura franquista, como paso previo a su anulación y a la justa rehabilitación del aquel presidente de Cataluña no significa otra cosa que el gobierno español, tan renuente hasta ahora, puede hacerlo.
No se trata de hacer regalitos a independentistas irredentos como muestra de buena voluntad, sino que es algo de justicia y de ley.
Julián Grimau y tantos, tantos otros, siguen esperando.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

César Vallejo (1938-2018)

 
¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima apesar suyo,
del verdugo apesar suyo
y del indiferente apesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate de tu futuro!...

                                            César Vallejo.

lunes, 17 de diciembre de 2018

La señora Szymborska fumando en la ceremonia de los Nobel



La señora Szymborska es una isla en mitad de un océano de cabezas en fiesta.
De su boca sale una humareda de letras que conforman un verso.
Y cada verso es un poema que vamos a leer obligatoriamente para salvarnos de los continuos temblores de la tierra.

La señora Szymborska fuma mirando al techo, y observa distraída, feliz y ajena
el devenir caprichoso de la nube, mientras piensa alegremente que todo lo prohibido es la materia humana de los sueños.

En realidad, a la señora Szymborska seguramente le importan un bledo los homenajes
y los premios, porque entiende mejor que nadie que no son más que humo pasajero.

Y cuando no,  fatua dinamita para el fuego.
                                        
                                                                        MCH

domingo, 16 de diciembre de 2018

De memoria

Los poetas trabajan con la memoria. La ponen a escurrir hasta que ya no cae una gota. Rara vez la planchan. La guardan sin doblar en armarios para los demás invisibles. Algunos se pasan de rosca y la llaman potencia inferior de los sentimientos, como el cernícalo de Aristóteles. Los más pragmáticos la desarman como un mecano y esperan el momento más oportuno para hacer con ella algo oportuno en el lugar menos inoportuno.

  (Fragmento)

                                      Juan Carlos Mestre.

Dedicatoria

No suelo pedir dedicatorias de los autores en los libros, me da un poco de grima y bastante de vergüenza, aunque alguna tengo (dedicatorias, digo, y vergüenza también).
Hace muchos años se la pedí a José Hierro, por persona interpuesta, para su "Cuaderno de Nueva York", porque yo estaba en Irlanda gastándome el dinero del Premio Alegría. Me dibujó un autorretrato "de calvo a Calvo", y yo le agradecí el esbozo y la humorada.
Y esta noche se la he solicitado a Juan Carlos Mestre (uno de los mejores poetas que he leído) para su "Museo de la clase obrera".
Y me encanta el dibujo y también la bandera (para qué nos vamos a engañar). 

viernes, 14 de diciembre de 2018

jueves, 13 de diciembre de 2018

Desmemoriados en La Vorágine

Desmemoriados también se ha mudado. Ha recogido sus bártulos y con la memoria a cuestas ha caminado por la calle arriba hasta el nuevo centro de operaciones. Entre libros y entre la gente hermana de La Vorágine.
Continuamos.

viernes, 7 de diciembre de 2018

jueves, 6 de diciembre de 2018

Perdición




Tienen mala suerte, en verdad,
los pájaros enjaulados, tienen mala suerte
en su intrépido alboroto.

Olvidaron cómo desplegar sus alas
y ya no saben que es aire el aire
que hay más allá
de su malogrado atrevimiento.

Tienen mala suerte los pájaros enjaulados.

Trocaron en estupor sus atributos
y entonan, sempiternos,
una romanza hermosa y desesperada
que, como nudo corredizo,
aún les apresa más
cuando quieren pedir auxilio.

                               MCH

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Punto y seguido.


Debía ser abril de algún año atrás (no recuerdo exactamente). Entonces asistí al primer evento que se celebró en La Vorágine, una charla con una líder indígena centroamericana. Entonces Hugo y Gi, que me hablaban y me hablaban de tan rara librería, aún no se habían marchado al otro lado del océano y yo no imaginaba que habría de volver muchas veces más a ese lugar.
Hoy he querido estar en el último acto de un espacio pequeño, acogedor y, por lo mismo, extrañamente familiar. Una poeta asturiana, que a veces desearía tener otros nombres, leía sus versos (luego ya se cerrará la puerta del cuento). 
Cuando se tranque la cancela, el lugar donde hubo un humilde y sorprendente torbellino, inimaginable antes en la ciudad, vivirá del silencio y dormirá entre los ecos.
En unos días habrá una nueva Vorágine, más grande y con más luz. Y los libros padecerán un poco menos del mal de los relentes. Pero eso, compañeros, será otra historia.

lunes, 3 de diciembre de 2018

La partida inconclusa


                                                                                  Isla Quiriquina, octubre 1973


                                  Blancas: Danilo González (Alcalde de Lota) 
                                  Negras: Floridor Pérez (Profesor de Mortandad)


1. P4R, P3AD
2. P4D, P4D
3. CD3A, PxP
4. CxP, A4A
5. C3C, A3C
6. C3A, C2D
7. ...

Mientras reflexionaba su séptima jugada
un cabo gritó su nombre desde la guardia
-¡Voy! -dijo-
pasándome el pequeño ajedrez magnético.
Como no regresara en un plazo prudente,
anoté, en broma: abandona
Sólo cuando el Diario El Sur,
la semana siguiente, publicó en grandes letras la noticia
de su fusilamiento
en el Estadio Regional de Concepción,
comprendí toda la magnitud de su abandono.

Se había formado en las minas del carbón
pero no fue el peón oscuro que parecía
condenado a ser, y habrá muerto
con señoríos de rey en su enroque.

Años después le cuento esto a un poeta.
Sólo dice:
¿Y si te hubieran tocado las blancas?


                                                                      Floridor Pérez.