Tienen mala suerte, en verdad,
los pájaros enjaulados, tienen mala suerte
en su intrépido alboroto.
Olvidaron cómo desplegar sus alas
y ya no saben que es aire el aire
que hay más allá
de su malogrado atrevimiento.
Tienen mala suerte los pájaros enjaulados.
Trocaron en estupor sus atributos
y entonan, sempiternos,
una romanza hermosa y desesperada
que, como nudo corredizo,
aún les apresa más
cuando quieren pedir auxilio.
MCH
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