Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

miércoles, 30 de julio de 2014

Los ríos del pasado

Por aquí cruzaron muchachos que ahora son hombres. 
El peso a sus espaldas nunca fue el que hoy es.
En las hojas de los álamos y los chopos, a poco que el caminante se esfuerce, se escucha la algarabía de entonces envuelta en los rumores del agua.
Por aquí cruzó la risa y la tristeza, fugaces como el amor o como pájaros adolescentes. 
Por aquí se marchó cada vez más lejos el pasado.
Pero también algunas de las palabras que nos acompañan ahora.

lunes, 28 de julio de 2014

Crónicas Armenias

Desde el sur recorremos la carretera que lleva a Goris. Ascendemos entre praderas un puerto que atraviesa el Pequeño Cáucaso. Luego, una vez pasada la ciudad de Kapan, hay otro puerto entre bosques.
Miramos atentamente el mapa. Aquí el límite entre Armenia y Azerbaiyán se difumina en la umbría arbórea. No hay puestos de control, pero la línea amarilla cartográfica nos dice que estamos introduciéndonos caprichosamente en uno y otro país a lo largo de la ruta.
Sin embargo, Armenia y Azerbaiyán, pese a la tranquilidad reinante, siguen hoy en estado de conflicto latente. No se han borrado aún algunas de las huellas de la antigua disputa por el territorio de Nagorno Karabakh.
Por las orillas de la carretera se afanan unos cuantos peones camineros, que no sabemos si son armenios o azeríes.
En un momento dado, como buenos turistas, decidimos que estaría bien detenerse un rato para pisar tierra de Azerbaiyán y hacernos una fotografía. Pasa una curva y otra curva sin encontrar el lugar adecuado. Al final, casi por quitarnos la cuestión de encima,  decidimos, ¡aquí!
Convenimos que es un buen lugar, una pequeña pradera a la orilla de la vía con un terraplén que nos permite admirar el paisaje del inmenso bosque extendiéndose hasta el infinito.
Todo muy bonito, muy tranquilo, con pájaros que vuelan entre los árboles y un silencio al que cuesta acostumbrarse. Un lugar perfecto para estirar las piernas y para poner cara de foto.
Salvo por un pequeño detalle.
En mitad del prado, inadvertido hasta entonces, un cartel del que destaca una tenebrosa calavera, anuncia a todo aquel que lo quiera leer: “Danger. Mines.”   

sábado, 26 de julio de 2014

Coriscao

Son las ocho de la mañana. Nos hemos despertado en el Collado de Llesba dentro de la furgoneta. Tras un breve desayuno tiramos hacia la cumbre del Coriscao (2234 metros). Durante toda la travesía, a nuestros pies se extiende un mar de nubes siempre sorprendente. ¡Hace ya tanto del último!
Hacemos todo el trayecto solos hasta la cumbre. De vez en cuando divisamos buitres leonados cruzando las colladas. Entre las escobas y los matorrales alcanzamos a ver a algunos acentores, y camino de la cumbre, cuando se empina el sendero, a un par de rebecos que nos miran indiferentes. Llegamos arriba sobre las 10:30. La marejada a nuestros pies continua, pero la visión, en silencio, de los Picos de Europa es inenarrable.
Al regreso nos tropezamos con varios grupos que llevan el mismo objetivo que nosotros ya cumplimos. No nos queda otra que considerarnos, por esta vez, afortunados.  

viernes, 25 de julio de 2014

Inventario

BENI ENSAR
INVENTARIO

Al llegar a la frontera encontramos

la larga hilera encinta de sueños y de angustias,
las armas preventivas, las cargas de prejuicios,
los cristales tintados y los salvoconductos,

las miradas inquietas, los rostros suplantados, 
las trescientas razones que hay detrás de los viajes,

las cartas que enviaron amantes de ambos bandos
perdidas en vagones varados en las vías,

controles, instrucciones, listados y requisas,
idénticos guardianes con distinto uniforme,
un río al que no cabe imputarle la culpa
de tener dos orillas, los pájaros que cruzan
el tiempo de la espera,

                        y a ambos lados de un trazo sin duda discontinuo
                       dos carteles que indican direcciones opuestas
                       y dicen en dos lenguas que un día fueron la misma

                                         que a este lado, las casas y la gente,
                                         que hacia el otro, las gentes y las casas.


Laura Casielles
Las señales que hacemos en los mapas
Libros de la herida
Colección Poesía en resistencia

martes, 22 de julio de 2014

Artsakh

Decir Nagorno Karabakh es remontarse a otra época en la que éramos jóvenes y las guerras se disputaban en territorios cercanos a la leyenda o al sueño. En otros patios más allá de nuestro entendimiento. Hoy, la etérea república de Artsakh (Nagorno Karabakh) sigue en el mismo terreno de nadie (en disputa de todos), una indeterminación jurídica, ahora sin guerra, justo en el horizonte que quiebran las montañas.

domingo, 20 de julio de 2014

Pueblos III

    Halizdor (Armenia)

miércoles, 16 de julio de 2014

La historia de nunca acabar

                      Madrid 2012

lunes, 14 de julio de 2014

Esta foto es un delito

    Meghri (Armenia)

Creo que nunca me va a quedar claro si el rubicundo oficial del ejército armenio, al pie de la vallada frontera con Irán, me repetía machaconamente "delit" (al menos eso entendía un servidor) a medida que yo pasaba las fotografías que mi cámara había registrado, o simplemente me decía la palabra inglesa "delete" (borrar). El caso es que yo borraba y borraba hasta que el uniformado se quedó más o menos conforme.

Lo cierto es que esta fotografía tal vez sea un "delit" (es cuestión de gustos), pero no está "delete".

Tras sobrevivir con más o menos acojono a la incómoda situación que se produce cuando una tropa en traje de "camouflage" te rodea, acompañada de varios rin-tin-tines que no ayudaban a la calma, no sé si como quien ha descubierto al más pérfido de los sospechosos, o como quien resuelve por un rato un mortal y caluroso aburrimiento, varias cosas me quedaron claras:

-Las fotografías masacradas podían ser malas hasta decir basta, pero es que resulta que donde yo veo una empalizada que guarda un río, que recorre un verde vergel en el desierto, ellos ven una delimitación fronteriza que (y esto lo digo yo) normalmente separa a las pobres gentes de aquí de las pobres gentes de allá.
-Donde yo veo un hermoso, pero inquietante, paisaje de escarpadas montañas escapadas de algún cuento, ellos ven la cotatrescientosypicodesuputamadre (o sea un objetivo militar).
-Donde yo veo un turista aficionado a la observación de aves, ellos ven a un espía disfrazado de turista aficionado a la observación de aves. Y con bermudas, en el colmo del mal gusto.

O sea, que vemos cosas diferentes. Lo cual, probablemente, nos lleva a pensar también de forma distinta sobre muchas cosas, entre ellas, sobre el poder y el uso de la fuerza. Por eso ellos se camuflan y nosotros viajamos con bermudas. Por eso nosotros espiamos a los pájaros y ellos espían a la gente.

Total, que pasado un rato (cosa de media hora tostándonos al sol), borradas las fotos de la controversia (al menos las que vieron), calmada la testosterona bélica de los que jugaban en casa y tras escoltarnos a lares menos peliagudos, fuéronse los "militronchos" y no hubo nada.