Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 21 de junio de 2020

Esto no es un diario. Y LX


En los últimos tramos antes de la línea de meta me han intentado colocar un bulo en vivo y en directo a la salida de un supermercado. Así, a la brava, como antes, sin necesidad de redes sociales ni nada. La cosa iba, se pueden imaginar, sobre esos entes superiores, pero misteriosos, que crean virus y bacterias para tocarnos los cojones. Creo que las farmacéuticas también estaban involucradas. Aunque no veo a la que atiende en mi pueblo, tan maja ella, mezclada en contubernios. Así que debía tratarse de otras farmacéuticas.  
A continuación, la del bulo se ha metido con mi barriga, que no puede ser, que el tejido adiposo nos roba la vida, que a ella la quitaron no sé cuantos kilos... Total que empeñada en darme datos sobre un gurú o algo así que me iba a solucionar ese problema que yo tenía. Señora, por Dios. Y ahí la jodimos. Metimos a Dios y se empeñó en "acristianarme". ¿Quién me manda a mi ir al super a por pan para mis suegros?
También en estos días me envía un amigo que trabaja en la "Complu" una fotografía del monumento que allí hay en honor a la Brigadas Internacionales. Los fachas de siempre, que están muy montiscos, han pintado uno de sus vómitos verdes. Nada nuevo bajo el sol de Breda.
Y ya casi llegando, llegando a la puta meta, confirmo nuevamente, y ya no sé cuantas veces van, que hay tipos que pueden escribir como los ángeles y ser al mismo tiempo unos completos gilipollas. ¡Qué le vamos a hacer, el arte no está reñido con la mentecatez! Solo puedo decir aquello de "señor, señor, no me hagas caer en tal tentación" o también, como en la película de "Campanadas a medianoche" lo del amigo de Falstaff: "Señor, señor, las cosas que hemos visto"
Total, que parece que llegamos a un "déjà vu".  Con más paranoicos, de los que desconocíamos tal "virtud", eso sí, a nuestro alrededor, pero en cuanto a todo lo demás sin más novedades dignas de reseñar. 
Bienvenidos, por tanto, a la normalidad. O a tomar por el saco.

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