Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 2 de febrero de 2014

La mar salada

Tarde de combate. La mar se empeña en avanzar más allá de sus posesiones, tierra adentro. El agua pulverizada barre, con la ayuda del viento, toda la costa empapándonos cada vez que nos acercamos al territorio en disputa.
A la vez, la luz del sol entre las nubes acaba filtrándose en la miriada de gotas de agua y sal, para formar un arco iris esplendoroso.
Mayo corre locamente como si de pronto se hubieran despertado en él todos los instintos salvajes, antes adormecidos.
Mientras nos retiramos hacia lugares más calmados la tempestad nos golpea como si quisiera acabar con todos los testigos.

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