Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 13 de febrero de 2022

Basura


Hoy, día de elecciones autonómicas en Castilla y en León, me desayuno con niebla y con esta página de periódico en un bar de barrio de las afueras de la ciudad del Bernesga.
Quisiera creer que el negocio del periodismo tuvo en algún momento de su historia la vocación de informar y, probablemente, la tentación de incidir en el pensamiento de sus consumidores.
Pero páginas como ésta en un día como digo, no ya de reflexión sino de elecciones, con la gente camino de ir a votar, páginas que interesadamente mantienen vivo al monstruo por mucho que hayan pasado casi diez años desde que ETA dejara de matar, páginas que causarían vergüenza a la inteligencia si no causaran placeres a las tripas de aquellos que no dan más valor a la política y al periodismo que el de  una oportunidad de medrar y de servir al poderoso, me hacen pensar que en realidad el negocio del periodismo o, al menos, de algunos de sus cómplices, tiene, o ha tenido, la vocación de incidir, costara lo que costase, aunque fuera con basura, en la voluntad de sus usuarios y, a veces, las menos, la tentación de informar sabia y lealmente.  


 

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