Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 14 de febrero de 2015

Inmersión

Cuando el nivel de la crisis nos llegó al cuello supuse que estaba llegando el momento. Ahora sí. Aunque fuera espoleados por la asfixia, todos, nosotros, los indignados, los débiles y los nadies, nos uniríamos para rechazar la mentira, la corrupción, el hábil juego de los poderosos.
Pero cuando el nivel de la crisis nos llegó a la nariz, ahí sí, ahí comencé a perder la esperanza a medida que perdíamos el olfato y hacíamos mohines y nos poníamos exquisitos.
Pero lo peor vino cuando el nivel de la crisis nos llegó hasta las cejas y todos los tuertos nos quedamos ciegos.
Ahora, ya, empezamos a estar hasta la coronilla…  

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