De pronto
nos nació un lago
en el vecindario,
nos nació un nido de golondrina
con cuatro o cinco golondrinas dentro,
nos nació una cordillera
un poco por encima de las pestañas,
nos nació
de pronto
un crepúsculo,
un aullido
que crecía desde el estómago
y también
nos nació,
quién sabe cómo,
un muerto
y una negra noche
ardiente.

No hay comentarios:
Publicar un comentario