Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 14 de mayo de 2015

La magia

Hay quien lo llama demencia, pero a veces solamente es la negación de un final que se presume. Resistencia al embate de los cuerpos cansados de vivir.
Entonces la imaginación se abre como una flor y se reescriben las páginas de otros tiempos, cuando no era tan penoso llegar al comienzo de la noche y la esperanza era un músculo ardiente y tenaz.
Desde el lecho de un hospital vuelan por la habitación palomas nacidas de la magia. Resucitan los muertos queridos, vuelven a sonreír y el eco de sus voces olvidadas resuena de pared a pared.
Mientras tanto los hijos viejos regresan a la infancia en que ella fue feliz.
Y por fin duerme de nuevo cada noche con su marido. Y así se espanta la soledad.

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