No me gustan los nacionalismos porque habitualmente le hablan a las tripas de la gente, sacan lo más primitivo y utilizan la diferencia como arma arrojadiza. Sin embargo no soporto los ataques contra la diversidad de la cultura, la falta de respeto, aquello que nos hace más humanos (en el buen sentido de la palabra "humanos"). Corbera de Ebro, en el corazón de la Terra Alta, es un símbolo en el que silenciosamente, a poco que quieras oír, aún se escucha el fragor de la batalla. Situada en las faldas de una loma, la parte superior de la población fue convertida en un erial de casas arruinadas por la guerra incivil. Y así sigue, como una muestra de la sinrazón.
Cuando las palabras no sirven de nada suele resonar, únicamente, el aullido animal de los cañones.
Corbera de Ebro - Terra Alta
No hay comentarios:
Publicar un comentario