Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 26 de enero de 2021

No hay dos sin tres


"El jadear de los dos amantes atrajo a uno de los habitantes de la casa, que acudió agitando el puño. No se sabe si lo hacía porque estaba excitado también, porque quería imponer respeto a las buenas costumbres o porque estaba escandalizado de que se hiciera aquello en un día tan solemne. En el primer caso habría sido un envidioso; en el segundo, un mojigato, y en el tercero, un monárquico.
Léo, que estaba próximo al arrebato, encontró odiosas las tres hipótesis y, sin dejar de arremeter contra Colette, impidió que el canalla se acercara asestándole en el pecho el bastón de Scaramouche.
-¡Quieto o te muelo a palos!
Refunfuñando y quejándose, el hombre dio tres pasos atrás y desapareció en la oscuridad del zaguán.
El grito de gozo de Colette lo ahogó en un clamor más potente que una salva de cañones. El pueblo expresaba su alegría. Léo no quiso ser menos y acompañó su orgasmo gritando a pleno pulmón:
-¡Viva la República!"


El Ejército de los Sonámbulos.
Wu Ming.
Anagrama.

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