Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 5 de agosto de 2025

Egggpaña

Recuerdo que el tipo era el que el maestro, cuando iba a ausentarse, designaba para apuntar en la pizarra el nombre de los que nos portábamos mal.

Luego fue el alevín de fascista que se infiltraba en las manifestaciones universitarias para intentar atraernos con falsas consignas a los lugares en donde había policías de la secreta.

También fue el falso compañero que iba con cuentos al jefe para medrar.

O aquel que acabó recorriendo sin sonrojo, de izquierda a derecha y de abajo a arriba, todo el espectro como un peón en el escaque.

Hoy creo que es el garbancero en meyba que intenta placar inmigrantes en las playas de Granada como si fuera un vigilante de Arizona.

Pero siempre, siempre, por muchos años que pasen, es el mismo gilipollas.

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