Al abejaruco europeo (merops apiaster) suelo verle en verano, posado en los cables, cerca ya de la ciudad de León en mis trayectos desde el norte. Pero hasta ahora nunca lo había visto volando en zona montañosa. No debe ser habitual porque he consultado una guía de aves de León y no registra apenas observaciones en áreas tan septentrionales.
Este año todo es raro: abejarucos fuera de sitio, halcones abejeros, demasía de helicópteros por el aire, el humo sitiándonos, calorinas saharianas, bosques que arden sin solución, imbéciles nocturnos, piráticos y con alevosía. Días ásperos y calamitosos.
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