¿Soy o no soy?
Qué terrible incógnita,
qué peripatética disquisición.
¿Estoy en el bando de Aristóteles
o me admira más el exigente de Platón?
¿Voy del norte al sur,
del oriente al occidente,
de las nubes a los infiernos?
Enormes dudas me corroen el alma.
¿Qué dirían ustedes de mi
que no dijera entonces yo?
Mas guarden silencio mejor,
no digan nada, mantengan la calma
que a las palabras las infecta el odio
y el diablo y la mala voluntad las carga.

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