La nube en la boca
lunes, 1 de septiembre de 2025
Perspectivas
sábado, 30 de agosto de 2025
Cita de equivalencias
viernes, 29 de agosto de 2025
Cuando los helicópteros suenan
jueves, 28 de agosto de 2025
Poetas, alquimistas y huidos
Cajas para poetas, alquimistas y huidos
miércoles, 27 de agosto de 2025
El abejero
martes, 26 de agosto de 2025
La vida
lunes, 25 de agosto de 2025
domingo, 24 de agosto de 2025
Abejarucos
viernes, 15 de agosto de 2025
La hora del Ángelus
sábado, 9 de agosto de 2025
Angélica
Tiene maneras de señorita bien educada. A veces demasiado
bien educada. Sus deseos están en la danza, que ya practicaba en La Habana. Hay
que ver de qué modo puede continuar con su práctica, pero mientras tanto a mí
me gusta conversar. Hay una distancia inmensa entre ella y yo, entre
sus costumbres y las mías. Tanto culturales y geográficas como por edad. Pero aprendo de ella.
Tal vez ella también aprenda algo de nosotros.
Hay ratos en los que me gusta bromear,
sorprenderla, observar su gesto ante una respuesta inusual. Hoy, mientras
desayunaba, le he dicho, “me tengo que ausentar un rato, espero que no te vaya
a comer el coco”.
“Nunca creí en eso”, me responde. “Si no apareció nunca
durante los apagones…”
Y sí. Esta vez el sorprendido he sido yo.
viernes, 8 de agosto de 2025
Topos
jueves, 7 de agosto de 2025
martes, 5 de agosto de 2025
Egggpaña
Recuerdo que el tipo era el que el maestro designaba, cuando iba a ausentarse, para apuntar en la pizarra el nombre de los que nos portábamos mal.
Luego fue el alevín de fascista
que se infiltraba en las manifestaciones universitarias para intentar atraernos
con falsas consignas a los lugares en donde había policías de la secreta.
También fue el falso compañero
que iba con cuentos al jefe para medrar.
O aquel que acabó recorriendo
sin sonrojo, de izquierda a derecha y de abajo a arriba, todo el espectro como un peón en el escaque.
Hoy creo que es el garbancero
en meyba que intenta placar inmigrantes en las playas de Granada como si fuera
un vigilante de Arizona.
Pero siempre, siempre, por muchos años que pasen, es el
mismo gilipollas.