Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

lunes, 1 de septiembre de 2025

Perspectivas


Hace unas cuantas jornadas, no recuerdo la fecha exacta de agosto, se celebraba uno de esos días a los que nos empieza a acostumbrar un, quizá demasiado exhaustivo, calendario mundial de homenajes.  En concreto se trataba del Día Mundial de la Fotografía.
El que esto escribe es, desde siempre, un gran aficionado a la fotografía, aunque deba reconocer que no se destaca por una alta capacidad de conocimientos técnicos, prefiriendo una mezcla entre los "cocimientos" imaginativos y estar a la que salta. Vamos, aquello de Picasso, remedándole, de que las musas, o lo que sea, te pillen siempre con una cámara a mano.  
Esta fotografía la encontré expuesta hace unos años en un museo de Berlín llamado "Topographie des Terrors" que, si no recuerdo mal, está emplazado en el mismo lugar en el que un día estuvo situado el cuartel general de la Gestapo. Me llamó la atención, no solo por la crudeza, sino también por la cantidad de fotógrafos aficionados que aparecen en escena. Si no me equivoco se ven al menos seis cámaras fotográficas, además de la que indaga recogiendo el momento con su perspectiva, que por tanto no aparece. Además, por las actitudes de otros, imagino que hay alguna más que no se ve entre la muchedumbre. 
Todo esto me lleva a recordar un pequeño poema que escribí hace años y que titulé "Punto de mira":

"En el telediario de la tarde se ven imágenes de una ciudad sitiada
por la que vaga entre escombros el miedo desnudo de los hombres.
También por las calles camina el odio, aunque armado.
La diferencia entre el miedo y el odio está en el punto de mira
y en el objetivo. Todo depende del lado en el que te encuentres".    

Evidentemente el poema no hablaba de fotografías, pero como la realidad es tozuda y se repite como la morcilla del poema de Ángel González y la Historia, sea de España o de cualquier otro sitio, también nos sirve para esta cuestión.
Y vuelvo, que me desvío. No está mal celebrar todos los días el Día Mundial de la Fotografía, pero la fotografía como toda actividad humana y como el ser humano en sí tiene muchas lecturas y muchas perspectivas. 
¿Usted, de ser fotógrafo, quién desearía ser? ¿Alguno de los que se encuentran de frente en la imagen o aquel que inmortaliza el oprobio?

Con mi homenaje a los periodistas muertos en Gaza.

sábado, 30 de agosto de 2025

Cita de equivalencias


"Deja que convivan un ermitaño y un ladrón, 
y el ladrón se hará ermitaño o el ermitaño ladrón" 

Proverbio español.

viernes, 29 de agosto de 2025

Cuando los helicópteros suenan


En cierto imaginario popular,
cuando los helicópteros suenan, 
o alguien se está ahogando en la mar
o los montes todos se queman
o los malos de nuevo están
invadiendo cualquier Vietnam.



jueves, 28 de agosto de 2025

Poetas, alquimistas y huidos


 Cajas para poetas, alquimistas y huidos


Entran las apariencias en cámaras oscuras
como en las grutas tristes poetas y alquimistas
o los alucinados en cajas de abandono.

Así en los lechos de ríos duermen los delatados,
lloran en caracolas los desaparecidos
y en los labios terrestres se hunden los que escapan

Como letras vacías en cuevas del poema
o la lluvia profética en vasos de liturgia, 
así vierte el mar de la playa en las cráteras.

Se encierran en desvanes los que aguardan la muerte,
los que acechan las aguas en trabajo de sonda,
los que recogen luz de embudos y de pozos.

Enfermos, extraviados, poetas y alquimistas,
se van haciendo viejos buscando un atrio, un patio,
un país encubierto, una alcoba secreta.

Así hacen los que huyen del terror, los amantes,
los que caen al aljibe por amor del espejo,
los que a la madre encuentran al calor del desván.

La sombra de la higuera parece una laguna,
una caja que guarda las memorias precisas
para el abrazo herido de los muertos sin culpa.

Mas la cámara oscura vicia las apariencias, 
consume el aire vivo, fruto de las imágenes,
roba la voz y seca el río de los ojos,

del día hace un Otoño de palabras caducas
y confunde al poeta que camina intrincado
por las cloacas míticas de la ciudad barroca

confiado en los mapas de la Alquimia y la Fábula
como hacen los huidos, los extraños, los muertos
que, extramuros, persiguen una puerta de vidrio.


Xosé María Álvarez Cáccamo.
Los caminos de la voz. Seis poetas gallegos de hoy.
Luciano Rodríguez.
Edición bilingüe.
Colección Maillot Amarillo.
Diputación Provincial de Granada.    


miércoles, 27 de agosto de 2025

El abejero



Hace unos días pude hacer una fotografía de un halcón abejero (pernis apivorus) que se recortaba contra el sol. La imagen no salió mal pero el contraluz apenas permitía observar sus características. 
Más recientemente volvió a aparecer una pareja en el mismo lugar, aunque con unas condiciones de luz más favorables. Ambos ejemplares se demoraron más sobre mi cabeza, lo cual me permitió, no solo disfrutar de sus evoluciones, sino también hacerles unos retratos acordes a la maravilla del momento. 
Helos aquí.

martes, 26 de agosto de 2025

La vida


La vida,
tal vez, 
consista en eso:
un salón
al que llamamos mundo
y una continua danza
sin oropel
en la que se enfrentan 
en un todo o nada
la astucia, 
el sigilo del gato
y las alas
para volar.


lunes, 25 de agosto de 2025

Desvelado







El enigma es
una nube 
por delante
de los ojos.


Un soneto de Lizano



 

domingo, 24 de agosto de 2025

Abejarucos


 

Al abejaruco europeo (merops apiaster) suelo verle en verano, posado en los cables, cerca ya de la ciudad de León en mis trayectos desde el norte. Pero hasta ahora nunca lo había visto volando en zona montañosa. No debe ser habitual porque he consultado una guía de aves de León y no registra apenas observaciones en áreas tan septentrionales.
Este año todo es raro: abejarucos fuera de sitio, halcones abejeros, demasía de helicópteros por el aire, el humo sitiándonos, calorinas saharianas, bosques que arden sin solución, imbéciles nocturnos, piráticos y con alevosía. Días ásperos y calamitosos.   


viernes, 15 de agosto de 2025

La hora del Ángelus

Ahora que hay quien se empeña en minusvalorar el derecho al ocio de cada cual, va a haber que reivindicar también la hora del Ángelus. Ese espacio en la mitad del día que los prójimos celebramos como nos viene en gana. Como no somos mucho de rezos, bien está el vasito de vino y el pan con el chorizo. O lo que se tercie. Y que ustedes vayan con dios.
 

sábado, 9 de agosto de 2025

Angélica


Angélica ha cumplido quince años durante su estancia en nuestra casa. Viene de Cuba, pero se va a quedar en España durante una temporada probablemente larga, porque las cosas en su país de origen se están poniendo más feas de lo habitual. Sus padres también están al llegar. Ella vino antes por la necesidad de matricularla en un instituto con cierto tiempo de antelación.

Tiene maneras de señorita bien educada. A veces demasiado bien educada. Sus deseos están en la danza, que ya practicaba en La Habana. Hay que ver de qué modo puede continuar con su práctica, pero mientras tanto a mí me gusta conversar. Hay una distancia inmensa entre ella y yo, entre sus costumbres y las mías. Tanto culturales y geográficas como por edad. Pero aprendo de ella. Tal vez ella también aprenda algo de nosotros.

Hay ratos en los que me gusta bromear, sorprenderla, observar su gesto ante una respuesta inusual. Hoy, mientras desayunaba, le he dicho, “me tengo que ausentar un rato, espero que no te vaya a comer el coco”.

“Nunca creí en eso”, me responde. “Si no apareció nunca durante los apagones…”

Y sí. Esta vez el sorprendido he sido yo.

viernes, 8 de agosto de 2025

Topos

 




Asisto en La Mata de Curueño a un filandón de verano con un calor tórrido del que apenas nos libra la sombra de unos arbolillos junto a la Casa de Cultura. El motivo es un homenaje a Eufemiano Díez González, el topo de La Mata; un hombre que se volvió a su pueblo en 1937, cuando cayó Asturias para enterrarse bajo el suelo de una cuadra de ovejas por puro miedo a las consecuencias de una derrota. Allí estuvo escondido 10 años. Contaba el escritor Julio Llamazares, uno de los participantes en el filandón junto al periodista y contador de historias Fulgencio Fernández, que cuando le entrevistó hace mucho tiempo le preguntó que cómo pudo aguantar allí tantos años y Eufemiano le respondió que porque no sabía que iban a ser tantos; que de haberlo sabido se habría pegado un tiro nada más entrar por la puerta de la cuadra.
Al hilo de esta historia se han ido desgranando otras de emboscados y de huidos de la provincia de León, se han ido mencionando libros sobre estos temas, que en algún momento habrá que leer, y, casualidades de la vida, ha habido un enlace con la zona de mi pueblo en Cantabria: De cómo una mujer de Correcillas se trasladó durante 15 años a sobar anchoas a las fábricas de Santoña, siguiendo a su marido guerrillero, preso en el penal de El Dueso.
Y otras historias que se irán hilando, hila que te hila, pero que por hoy quedan en el magín del que suscribe. 


martes, 5 de agosto de 2025

Egggpaña

Recuerdo que el tipo era el que el maestro designaba, cuando iba a ausentarse, para apuntar en la pizarra el nombre de los que nos portábamos mal.

Luego fue el alevín de fascista que se infiltraba en las manifestaciones universitarias para intentar atraernos con falsas consignas a los lugares en donde había policías de la secreta.

También fue el falso compañero que iba con cuentos al jefe para medrar.

O aquel que acabó recorriendo sin sonrojo, de izquierda a derecha y de abajo a arriba, todo el espectro como un peón en el escaque.

Hoy creo que es el garbancero en meyba que intenta placar inmigrantes en las playas de Granada como si fuera un vigilante de Arizona.

Pero siempre, siempre, por muchos años que pasen, es el mismo gilipollas.

sábado, 2 de agosto de 2025

Pirática y alevosamente


Los miembros del jurado de nuestro Soberano Señor el Rey, bajo su presente juramento declaran que Stede Bonnet, procedente de Barbados, marinero, Robert Tucker, etc., etc., el día dos de agosto del quinto año del reinado de nuestro Soberano Señor, el Rey Jorge, etc., por fuerza de las armas, en alta mar, y en cierto lugar llamado cabo James, etc., pirática y alevosamente, atacaron, interceptaron, abordaron y allanaron cierta balandra llamada la France, mandada por Peter Manwaring, en alta mar, en cierto lugar llamado  cabo James, alias cabo Inlopen, a unas dos millas de la costa, en la latitud de 39º, o cerca; y dentro de la jurisdicción del tribunal de Vicealmirantazgo de Carolina del Sur, siendo la balandra de ciertas personas (desconocidas del jurado); después de lo cual, pirática y alevosamente, asaltaron al dicho Peter Manwaring, y otros marineros suyos (cuyos nombres ignoran los citados jurados) en la misma balandra, contra la paz de Dios y de nuestro Soberano Señor el Rey, y seguidamente, pirática y alevosamente, pusieron al dicho Peter Manwaring y los demás, marineros suyos, de la misma balandra, en la dicha balandra, con temor de sus vidas, estando en esos momentos, en la dicha balandra, en alta mar, en el dicho lugar, llamado cabo James, alias cabo Inlopen, a unas dos millas de la costa, en la latitud de 39º, o cerca, como se ha dicho, dentro de esa jurisdicción; y pirática y alevosamente robaron, quitaron y se llevaron la dicha balandra mercante, llamada la France, y también veintiséis bocoyes, etc., etc., que eran el cargamento de la dicha balandra, cuya custodia y posesión competía al dicho Peter Manwaring y los otros, marineros suyos de la dicha balandra, en esos momentos en alta mar, en el dicho cabo James, alias cabo Inlopen, como arriba se indica, y dentro de la jurisdicción referida, contra la paz de nuestro actual Soberano Señor el Rey, su corona y su dignidad.

Daniel Defoe.
Historia General de los robos y asesinatos de los más famosos piratas.
Valdemar/ Histórica.

viernes, 1 de agosto de 2025

Cosas que te encuentras mientras tomas café


 La poesía está en todas partes.

jueves, 31 de julio de 2025

Andenes


Te gusta llegar a la estación
cuando el reloj de pared tictaquea, 
tictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.

Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,
como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar al viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.

Tictaqueo del reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño el día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras -para los parientes que te esperaban-
solo un alumno fracasado con olor a cerveza.

Tictaqueo del reloj. El jefe-estación
juega un solitario. El reloj sigue diciendo
que la noche es el único tren
que puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.


                                        Jorge Teillier.


martes, 29 de julio de 2025

Andurriales para perderse



Algo han de tener en común la Collada con su "pradera amarilla" (que diría Ángela) y El Faro de Paco Roca. Imagino que ambos son lugares para perderse. Imagino de imaginar, que es un término, o más bien un comienzo, de mucho fuste para aquellos que viven al borde de los sueños por los que deambulan Gulliver, Ulises o Long John Silver.
Al menos, ninguno de ambos lugares tiene trazas de que vaya a haber botellón.
Y eso satisface y calma.
Vamos a por los 15 de Angélica.


domingo, 27 de julio de 2025

La princesa durmiente va a la escuela


Tomo prestado el título de la novela de Gonzalo Torrente Ballester porque en este caso es verdad todo salvo aquello que es literatura. E incluso, si hiciéramos literatura, habría partes que también serían verdad. De todo lo anterior, lo cierto es que esta princesa de La Habana ya estuvo en esta República en la que vivo hace casi 11 años. 11 años menos un mes para ser casi exactos.

También es verídico que viene con intención de ir a la escuela para averiguar qué es lo que quiere ser en realidad cuando tenga algunos años más, porque lo de ser princesa todo el rato cansa mucho y con el tiempo se va perdiendo el interés.
Así que aquí nos vemos, de edecanes a nuestra edad, el tiempo que sea necesario. Al menos hasta que el rey y la reina madre puedan abandonar sus obligaciones. 
Mientras tanto, dejémosla soñar unos instantes.

viernes, 25 de julio de 2025

Línea temporal


 Principios de la década de los sesenta. Un núcleo industrial no demasiado grande, Azkoitia, en una tarde de bochorno. Un hombre está de pie a la entrada de su negocio, sin hacer nada de particular. Ve como una mujer se acerca con sus dos hijos: lleva uno, el mayor, de la mano, y al otro, un bebé de pocos meses, en el otro brazo. De repente, el niño, soltando la mano a su madre, salta a la carretera. Pero se le viene encima un camión, y la madre, entre gritos, se precipita tras él.
El hombre también corre: sabe que, si logra arrancárselo de los brazos, al menos podrá salvar al pequeño. Es una cuestión de décimas de segundo. Pero es posible.
En la primera milésima de esas décimas de segundo, sin embargo, el hombre tiene una visión del futuro: tal y como dicen que les ocurre a los que están a las puertas de la muerte, pero al revés. Y en ese futuro, ciertamente, salvará al bebé, aunque la madre y el hijo mayor morirán bajo las ruedas del camión. Y el salvador del niño se casará, y él también tendrá dos hijos, y, siguiendo la tradición carlista de su familia, se convertirá en concejal de su pueblo, en los años revueltos de las postrimerías del franquismo y los comienzos de la Transición; después será uno de los máximos impulsores en la provincia del partido Unión de Centro Democrático. Y, un día de principios de la década de los ochenta, ETA militar atentará contra él: el tiro de gracia -las ironías del destino son terribles, a veces- se lo dará aquel bebé que salvó y que se convertirá, diecinueve años después, en joven militante de la organización. Aunque en ese momento no sabrá que aquel hombre le salvó la vida, o por eso precisamente.
Todo ello será posible, sí, pero en las siguientes centésimas de segundo, el hombre decide que no salvará al bebé. De forma que, cuando crezca, no podrá asesinarlo.
Y eso es lo que ocurre: en el último instante nadie le arranca de los brazos el bebé a su madre, y el camión chocará contra los tres.
Porque allí ya no hay ningún hombre que pueda tomar esa decisión: la calle está vacía cuando la madre y los dos niños pasan por ahí y el mayor se escapa a la carretera. Tampoco está el comercio: aquel hombre nunca llegó a abrirlo.
Porque en la línea temporal en la que el niño no se salva, treinta y cinco años atrás, el hombre que ya no está en la acera, en aquella época él mismo un bebé recién nacido, estaba refugiado con su madre, a causa de la Guerra Civil, en la zona de Busturia, en Murueta, un pueblo pequeño desde el que, los días de mercado, se acercaban a Gernika con el objeto de hacer las compras necesarias para aliviar la escasez. Y, efectivamente, la madre y el hijo recién nacido estaban allí aquel día de mercado, cuando los Junkers Ju-52 y los Heinkel He-111 dejaron caer sus bombas incendiarias sobre la villa: no pudieron huir a tiempo de Gernika y allí terminaron para el bebé, en un instante, las posibilidades de convertirse en un hombre y de salvar, treinta y cinco años más tarde, la vida de aquel niño de pocos meses, al tiempo que desaparecía de raíz la posibilidad de que pudiera convertirse un día en terrorista. 
Quizá habría sido mejor si el hombre, en las primeras milésimas de aquellas décimas de segundo, y como es de rigor, hubiera mirado hacia el pasado, en lugar de hacerlo hacia el futuro.

Iban Zaldua.
Como si todo hubiera pasado.
Galaxia Gutenberg.