Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 4 de febrero de 2010

Carta para Miguel Alfonso (in memoriam)







Hola Miguel:

Supongo que ahora, en este pequeño rincón de las Españas, como te gustaba decir con un poco de sorna y mucho de conocimiento sobre las particularidades de esta tierra, tras recibir el mazazo que nos ha supuesto la noticia de tu muerte, los que nos consideramos tus amigos deberíamos estar llorando por las esquinas. Y supongo también que esta situación debería producirse en otros lugares donde hombres y mujeres de la solidaridad, hermanados íntimamente con tu país y con tu ejemplo, estarán tan arrasados como nosotros.
Sin embargo, lo que ocurre es que, doloridos y desconsolados como estamos, y porque tuvimos la inmensa suerte de conocerte, intentamos a pesar de todo mirar hacia adelante, con esta preocupación de huérfanos que ahora tenemos, pero también con el suficiente optimismo tan propio de ti.

En estos momentos regresan a mi memoria las ocasiones, demasiado pocas, en las que tuvimos oportunidad de disfrutar de tu presencia, pero también echamos de menos aquellas que debieron ser y no fueron y, entonces, el sentimiento de pérdida se agiganta. Imagino que eso es lo natural, pero ya sabes que los deseos están hechos de ese material intangible que, a veces, no nos debemos permitir. Por eso hoy prefiero quedarme con lo vivido a lo largo de estos años: La satisfacción con la que nos decías que te encantaba dormir en nuestra casa acunado por el sonido del mar, este Cantábrico tan distinto y, a la vez, tan unido al mar de Cuba por tantas singladuras invisibles de ida y vuelta. La noche casi en vela que pasaste leyendo, divertido, los ejemplares de la revista “El Jueves”, con las andanzas del “Makinavaja” y las desventuras de “Martínez el Facha”. Nuestras angustias observando tu caminar fatigado con el corazón en la boca y los nuestros en un puño. Tu rostro impresionado tras visitar las pinturas de la Cueva de Altamira o la insistencia con la que nos pedías que te lleváramos a conocer, con la nevada de aquel día, el nacimiento del río Ebro, origen, según afirmabas corrigiendo y aumentando los versos de Antonio Machado, de estas Españas tan sufridas y castigadas.

También me acuerdo de ti pidiéndonos que viajáramos a Cuba para ver por nosotros mismos, para que nadie nos tuviera que decir nada ni a favor ni en contra, porque nada hay peor que juzgar desde otros ojos. Y sabes que así lo hicimos. Y fuimos objeto, en tu casa, de tus atenciones y las de tu esposa, y hasta dispusimos de una cena santanderina, con todo vuestro esfuerzo. Y comprobamos en el tejado aquella claraboya accidental por la que se precipitaba la lluvia y que tanto te amargaba, preocupado como estabas por el destino de tus libros.

Hoy, te veo como entonces, alejándote por última vez por aquella calle de Centro Habana, después de agradecernos otra noche en vela, asegurando que “Los Girasoles Ciegos”, que te habíamos llevado desde España, era una gran novela sobre la historia de nuestras desgracias. Y, la verdad, es que así nos sentimos hoy un poco, como girasoles cabizbajos entre la niebla. Esperando que en algún momento de nuevo salga el sol.

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Nota de prensa:

Falleció el destacado jurista y diplomático cubano Miguel Alfonso Martínez
La Habana, 2 feb (Granma-RHC) Víctima de una penosa enfermedad, falleció en esta capital a los 74 años de edad, el doctor Miguel J. Alfonso Martínez, destacado diplomático, jurista y académico cubano, de amplia trayectoria al servicio de la Revolución y en defensa de la Patria.
Miguel Alfonso nació en La Habana el 16 de mayo de 1935, y se graduó como Licenciado en Derecho en 1961. En ese mismo año comenzó a laborar en el Ministerio de Relaciones Exteriores, organismo al que dedicó parte importante de su vida profesional.
En su desempeño como diplomático ocupó diversas funciones en el servicio exterior. Fue Vocero de la Cancillería entre 1994 y 1997, experto en materia de Derechos Humanos y representó al Gobierno de Cuba en múltiples reuniones y conferencias internacionales, principalmente en el marco del sistema de Naciones Unidas.
Fue, además, un jurista y académico de reconocido prestigio tanto en Cuba como en el ámbito internacional. Fundador de la Unión de Juristas de Cuba y profesor, durante años, de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, institución esta en la que laboró desde su fundación.
En el momento de su muerte desempeñaba múltiples responsabilidades docentes y fungía como Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional y Presidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos.
Atendiendo a su voluntad, sus restos serán cremados.
Fuentes: RHC, AIN, GRANMA, TRABAJADORES, JUVENTUD REBELDE, PL, REUTER, EFE, IPS, ANSA, AFP, XINHUA, TASS, DPA, AP.

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