Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 19 de febrero de 2010

Cementerio de pianos

"Fue el día en que mi padre corrió entre los mejores del mundo. Viajó en barco a Estocolmo y todos los detalles eran nuevos. El mar era como cuando se imagina la muerte o el amor incondicional. Mi padre tenía muchas esperanzas. Aquel día corrió por las calles, contra las calles, hasta el momento en que empezó a perder puestos, a quedar rezagado, a correr sin tino, confundido con las piernas y con los brazos. Cayó después de treinta kilómetros. Lo rodeó gente que no conocía. Lo llevaron al hospital. Y murió. Dejó de respirar y de pensar. No dejó de ser mi padre".
"Cementerio de pianos". Novela de José Luís Peixoto. Portugal, 1974.
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Fragmento de entrevista con el autor en el diario El País (10/11/2007) a propósito de la novela.
P. El personaje crucial es Francisco Lázaro, maratonista y también carpintero.
R. Sí, más o menos la mitad del libro son sus pensamientos durante la maratón de los Juegos de Estocolmo. No quiero ponerme pedante, pero su historia enseña muchas cosas sobre la trascendencia de la vida y la muerte. Lázaro cayó desplomado en medio de la carrera, lo llevaron al hospital y resucitó, aunque acabó muriendo. Mi primer libro, Te me moriste, es la historia de un hijo pequeño que pierde a su padre, es una historia sobre el luto. El día que mi padre murió, nació mi sobrina una hora antes... La vida es una sucesión de nacimientos y muertes simultáneas. Por eso el padre de Lázaro empieza a narrar cuando muere, y luego narra Lázaro, y las historias son las mismas.
P. Y al final encajan y no sabemos si el padre es el hijo. Ni si Lázaro es su padre...
R. Lázaro era un ebanista especializado en carrocerías de coche. En el libro hace pianos. Los pianos sin música, metidos en un espacio, son la imagen del tiempo parado. Pero a la vez son un lugar de renovación, las piezas muertas dan vida a los pianos nuevos.
P. ¿Qué elemento le fascina más de la historia de Lázaro?
R. Lo humano es de lo único que se puede escribir. Me interesa la sabiduría de la gente sencilla, la experiencia de los iletrados... Portugal es un lugar envejecido, aunque lo esencial permanece y la identidad rural sigue siendo fuerte. Y Lázaro es un símbolo de Portugal, un concepto gigantesco. Estocolmo fue su primer viaje al extranjero. Era el ídolo del país entero, y viajó como favorito, decían que tenía los mejores tiempos. Pero lo habían medido mal, claro, porque nunca había corrido fuera y entrenaba por las calles de Benfica con los tranvías, y subía a Lisboa, entre burros y carros. Carpintero, analfabeto, 21 años, 1912: ¿qué siente al llegar allí? Su familia, todo el país escuchó la carrera por la radio... A los 30 kilómetros, cae desplomado. En ese momento, suena el teléfono en su casa y les dicen que ha nacido su hija.
P. ¿Por qué murió?
R. Se untó un aceite, un sebo, una grasa por todo el cuerpo para no sudar y no tener que pararse a beber. Al no transpirar, sufrió un colapso. Murió esa misma noche en el hospital. Una historia portuguesa con certeza: gran entusiasmo, profunda depresión nacional. Eran nuestros primeros Juegos Olímpicos. Fueron siete atletas, y los demás eran aristócratas. Viajaron en barco, vía Inglaterra y Dinamarca, y luego en tren a Estocolmo. Al llegar allí se iban de putas, fumaban, se emborrachaban. Lázaro era el atleta del pueblo, era o povinho. Como no había dinero para vestirle bien, organizaron un acto en el Coliseo dos Recreios. Hubo huelga de tranvías y no fue casi nadie. Así que le tuvieron que prestar la ropa para ir a los actos oficiales. La ropa le quedaba grande y se reían de él. Pero fue el abanderado en la inauguración. El final fue horrible. Portugal no tuvo dinero para repatriar el cadáver y el rey de Suecia organizó una cuestación. Lázaro sólo volvió a Lisboa a finales de septiembre.

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