Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 9 de febrero de 2010

Regreso a la tierra



He terminado de leer una novela titulada “Regreso a la tierra” (RBA. 2009) del norteamericano Jim Harrison que me parece muy recomendable.
De este autor, no muy conocido en España, tal vez se recuerde la adaptación al cine de su novela “Leyendas de Pasión” con Brad Pitt y Anthony Hopkins entre sus papeles protagonistas. Sin embargo mi acercamiento a su literatura se produjo a través de otro libro, que compré por casualidad en una librería de viejo, titulado “De vuelta a casa” (Muchnik Editores. 2000) en el que, al igual que en “Regreso a la tierra”, se refleja una vida rural en los Estados Unidos muy apegada a la naturaleza y sumamente conservacionista. Es muy de agradecer que se retrate al habitante medio de país tan mencionado, y a la vez tan desconocido, tan lejos del cliché habitual. Nos encontramos con personajes, no sólo preocupados por el medio en el que viven, sino también por la cultura, la propia y la ajena, conocedores y respetuosos de otras manifestaciones políticas, sociales y artísticas alejadas de lo (¿puramente?) yankee. En definitiva, nos damos de bruces con el norteamericano de izquierdas, acomodado, pero de izquierdas. Una relativa sorpresa que poco a poco nos va llegando, escapada del férreo control del imperio.
Además, la novela (en “De vuelta a casa” ocurría parecido) tiene como telón de fondo un tema tan controvertido como el derecho a morir dignamente, algo a lo que como corolario se podría añadir que debería ser, ni más ni menos, la consecuencia del derecho a vivir con dignidad. Lo que, desgraciadamente, no en todos los lugares es posible. Felices aquellos que pueden planteárselo.

Postdata: Casualmente, mientras leía el libro cuentan en un telediario la iniciativa de profesores de una Universidad norteamericana, empeñados en habilitar depósitos de agua y alimentos en el desierto que separa México de Estados Unidos, con el propósito de salvar las vidas de muchos de los inmigrantes que, de forma clandestina, intentan llegar al país de las barras y las estrellas. En la novela, uno de los personajes, perseguido tanto por las mafias de la inmigración como por las leyes estadounidenses, financia por su cuenta y riesgo equipos de supervivencia para inmigrantes en la misma frontera y trabaja también en la colocación de esos depósitos de los que hablan en televisión.

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