Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 2 de agosto de 2012

Canela fina



EXALTACIÓN DEL INVIERNO

Alegrémonos amigos, compañeros, estrictas sombras
en lo oscuro, embajadores del averno, rucios y fatigados
espectadores de la lluvia. Ya es nuestra la ventana
y la mesa que a su vera, en su colmada superficie,
refleja las poderosas gotas del invierno.
Desde ella veremos cómo las damas saltan los charcos
y cómo se pasa la vida, cabalgando.
Durará la tregua al menos unos meses, cien o doscientas
noches empapadas. Absorberá nuestro hígado sufriente
un alto porcentaje de razones. Se hará la conversación
gozosa y calmada, y nuestras gargantas no serán más
endebles cavernas matutinas. Contentémonos amigos
porque seremos perdonados por la helada.
Absueltos de la imperfección y de la culpa,
de los estómagos propensos a terribles hinchazones,
de nuestra forma de ver y también la de mirar.
Seremos otra vez príncipes de la noche.
Ya se fueron los intrusos. Abandonaron el campo
los bronceados capitanes de velero, los musculosos nadadores
las turbias señoritas de tirantes desaforados.
Se han ido por el fondo del desagüe  los duros bebedores
de largo vaso y frente alta. Por no quedar, no quedan ni tenistas.
Se los llevaron del codo, en primorosa carambola,
las inocentes, las olímpicas, las exquisitas lanzadoras de jabalina.
Brindemos por ello mis leales, que la plaza está vencida
y el cielo nos promete extensas madrugadas de rayos,
truenos y centellas. Y un manantial de espléndida cerveza
en cuanto nos acerquemos a la barra,
si a falta de más crédito disponemos de una bolsa llena.


Mariano Calvo Haya


2 comentarios:

  1. Algunos de tus seguidores ya no vemos tan bien como antes, ni con lupa ............
    Raquel

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