Hoy, uno de los más altos representantes de las órdenes abdicantes dice que coge la puerta para dar paso a una nueva generación acorde con los tiempos. Estos tiempos, tan poco socorridos, en los que la nueva generación, salvo este caso excepcional, se ha visto obligada en su mayoría a engrosar las tristes filas de las órdenes emigrantes, las cesantes y, en el peor de los casos, las mendicantes.
Como dice alguien que yo me sé: ¡¡¡Viva el vino!!!
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