Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

lunes, 30 de diciembre de 2024

Certidumbres


Supongo que son las incertidumbres realmente las que nos permiten caminar. Las que nos obligan. El ansia por conocer, por saber qué hay detrás de la oscuridad o del silencio. El final de un año y el comienzo del siguiente no deja de ser una convención de nuestros horizontes humanos. Una de las ficciones que necesitamos para no caer en fosos de dragones, que es lo mismo que el intento de solapar nuestros miedos, pero no nuestros recelos. Vamos caminando con ellos como quien navega solitario por el mar de las dudas.  

Desde tal punto de vista los deseos, y más los que se enumeran en estas fechas de frontera, no son otra cosa, me parece, que pequeños brindis al sol. No obstante, como yo también, por suerte, me veo acuciado por el pecado de incertidumbre, espero que la curiosidad por lo cercano y por lo infinito no nos abandone, que la perplejidad no nos confunda, que descubramos siempre a tiempo la faz de los que nos dañan, y también que no olvidemos nunca la cercanía de quienes nos quieren, los que están y los que se fueron, mientras intentamos encontrarlos en el recuerdo de las risas y los gestos de cuando estaban vivos.

Que aprendamos a perder y que ganar nos sirva de lección para no ser humillados ni humillar.

Y que si los vientos no son buenos...
Sean.
Y mientras tanto, que maese Nicola Matteis nos acompañe.
Y con él dancemos la Ciaccona las jornadas que nos queden.

    

sábado, 28 de diciembre de 2024

Sublevación


He de decir que me gustó veros. Ha pasado tanto tiempo que ya no somos los que fuimos, pero me gustó veros, hablar unos minutos, comprobar que todavía estamos, compartir un abrazo, un beso. Adentrarnos en la niebla y recuperar de algún modo, por unos instantes, los años en los que todavía éramos jóvenes y nos traspasaban las inquietudes y la extrañeza de lo que nos depararía ese tiempo que ya está aquí.
Me gustó veros, comprobar que la memoria, ese candil travieso y fugaz que a veces nos alumbra, todavía os distingue, aunque sea entre los pliegues del ahora, tal como erais entonces. Me gustó pensaros en ese escenario común que aúna de pronto, mágicamente, pasados y presentes.
Incluso me gustó en un primer momento el documental que nos concitaba. La emoción a la que es imposible ser inmune. La emoción con la que se tejen las leyendas. Luego ya no. Luego, mientras me alejaba de mi barrio y de mi juventud, todo empezó a ser tristeza de costuras desgarradas.
No, no es culpable el propósito bienintencionado de quienes construyeron la película porque los recuerdos no son suyos. Simplemente son recuerdos prestados.

Pero la memoria tiene esas cosas. Puede ser moneda de prestamista y también puede ser efímera, tenue, transitoria. O maleable y sumisa. A veces, muchas veces, se esconde detrás del miedo o del desdén. Puede incluso ser, en ocasiones, mezquina e inescrutable. La memoria tiene esas cosas, se traiciona a sí misma, aunque pueda, en algún trance, escribirse con renglones torcidos, descubrirse, filtrar lo hermoso con el cedazo de lo evidente. 

Así que solamente puedo deciros que os vi en carne y hueso de mis recuerdos. Entrando o saliendo del salón y del tiempo donde se proyectaba el documental, pero en el documental no estábamos. En el medio del mismo había una gran sima en la que se hundían generaciones y en la que tenazmente habitaba el olvido.     

viernes, 27 de diciembre de 2024

Aguafuertes


El suelo de la habitación empezó a temblar y las paredes se movieron como si estuvieran vivas y el retrato del rey de España se cayó de su sitio y se arrinconó con media majestad incólume entre dos tablones recién reventados y el caballo andaluz soltó un relincho de desesperación y saltó la cerca y se alejó al galope camino del desierto y las gallinas volaron enloquecidas hasta las ramas últimas del limonar y su criado Francisco cruzó la cocina revolviendo sartenes y gritando que había vuelto a llegar el fin del mundo. La estatua en escayola del Apolo  de Belvedere se rompió en tres pedazos y dejó al dios con el cuerpo cortado a medio muslo y el reloj francés de madera de nogal se terminó de desquiciar como un loco que se declara incurable y dio las siete horas tres veces seguidas y los papeles del escritorio salieron volando por la ventana y entonces Cristóbal Albricias soltó un suspiro de desconfianza, miró a Amparo Siroco a los ojos y le dijo siempre te he querido. Estaban desnudos bajo la manta blanca y ella le dijo yo a ti no siempre, pero las últimas dos semanas no pensé más que en ti cuando me toqué en mis pelos. Y renovaron su abrazo, indiferentes a las sacudidas del mundo que se caía de sí mismo, y las escaleras crujieron como pergaminos podridos y la lámpara de siete anillos de bronce y cristales de Venecia se derrumbó con grandeza operística de cachalote moribundo y les cayó a dos palmos de misericordia mientras ellos no dejaban de buscar su placer. Chúpame las tetas, dijo Amparo Siroco. Y se fueron al suelo el biombo japonés, la tabaquera de cedro de Bermuda y el florero de la dinastía Ming. Y ahora déjame que te monte, dijo Amparo Siroco. Ay, Cristóbal de mi vida, qué gloria de sexo tienes. Y se abrió en el suelo de la habitación una grieta con forma de cicatriz, y la cama se escoró como en tormenta de barco y el tazón de cacao que se había mantenido sobre la mesa en un milagro de terquedad sucumbió al desorden, perdió la posición y empapó la habitación entera de un olor cálido de desayuno de domingo. Maldita mi cabeza, dijo Cristóbal Albricias, que olvidé las guacamayas. Y salió de la cama con todo el cuerpo interrumpido y cambió el paso para esquivar las páginas revueltas de las Meditaciones de Marco Aurelio y cruzó los atascos de serrín que apenas le dejaban respirar y entró como mejor pudo en el cuarto de los inventos, pisoteó los mapas de las costas de Brasil y de las islas Filipinas que aún tenían la tinta fresca y sorteó los derrames de las botijas de agua de azahar con yerbas venenosas de las Indias portuguesas y abrió la jaula. Había estado enseñando a las guacamayas a decir maldiciones en español y ahora estaban gritando a la vez todo lo que habían aprendido. Maldecían los silencios del desierto, las putadas de la soledad, la carestía de la vida en el Perú y los sermones del arzobispo de Canterbury. Cuando volvió a su habitación vio a Amparo Siroco de pie ante él, con un cepillo de marfil en la mano. Boscosa y cobriza, le miró con una sonrisa de devastación. Si me va a tragar la tierra en cueros, dijo, que sea bien peinada.

Aguafuertes.
Jesús del Campo.
Ed. Acantilado.    

martes, 17 de diciembre de 2024

No pasarán


 

En Madrid, al comienzo de la Calle Toledo desde la Plaza Mayor, esta pancarta lucía con ánimo retador en los años duros del acoso a la ciudad por parte de las fuerzas golpistas.
En estos días la Calle Toledo era  solamente la antesala a un mercado navideño infestado de turistas y policías a caballo.
El "No Pasarán" servía entonces como aviso y admonición a los que querían hacerse con el poder derribando la democracia y, también, como fuerza moral para la población resistente.
Hoy ya no existe porque, evidentemente, pasaron.   

domingo, 15 de diciembre de 2024

Mariposas negras


Habrá que convenir que las mariposas negras tienen mayor capacidad que nosotros para discernir cuando toca tomar las de Villadiego ante la catástrofe.
Ayer por la noche pude ver una película diferente. De dibujos animados, pero con héroes de carne y hueso. O mejor dicho, de heroínas. 
Tres periplos que se entremezclan para conformar uno solo, el de la deriva de nuestra historia. Existencias engarzadas por el vuelo de las mariposas negras.
Lo que sucede en el metraje lo suponíamos, lo presentíamos, se encuentra en el corazón de lo que sabemos y de lo que desearíamos ignorar. Es el peregrinaje de tres mujeres desplazadas por el desastre del cambio climático en sus lugares de origen. Un factor que no existe en las justificaciones legales para la inmigración y las actas de refugiados y que, por tanto, se convierte en un limbo laberíntico para aquellos que se ven obligados a abandonar sus casas en contra de sus deseos, para acabar malamente, en el caso de la película, en París, en Nairobi y en Dubai. Tres historias que nos traen el reciente recuerdo de la Dana de Valencia y de los valencianos convertidos en refugiados en sus propias casas.
Yo sé que contemplar una película de estas características no va a transformar el alma de piedra de los que atosigan, amenazan y persiguen con sus prejuicios y su egoísmo sempiterno a las víctimas de nuestra incapacidad como especie. Pero es que la película no es para ellos. No les sirve.
Y una cuestión aparte. Hace unos pocos meses visité Omán, al sur de la Península Arábiga. En todo momento, durante la estancia, me preguntaba cuál sería la historia de tanta gente de Bangla Desh, de Pakistán y de la India que había por allí, cómo sería su vida en un país petrolífero y enormemente rico, qué les había empujado a desplazarse allí. Cada vida tiene su aliento y es imposible conocer las circunstancias de cada cual. Las preguntas siguen ahí, como mariposas negras revoloteando, pero ahora alguna de las respuestas ya la sé.   

sábado, 14 de diciembre de 2024

Humano


Que el ser humano tiene un alto concepto de sí mismo lo demuestra sin duda alguna el léxico.
Busco en el ordenador un sinónimo de la palabra "humano" para un texto en el que me encuentro enredado, y no deja de sorprenderme el resultante.
Vean:
Compasivo, caritativo, humanitario, misericordioso, piadoso, bienhechor, pío, sensible, tierno, sentimental, benigno, benévolo, bondadoso, bueno, generoso, magnánimo, afable, amable, obsequioso, agradable, indulgente, comprensivo, condescendiente y sensato.
Y seguro que habrá más, dada la capacidad de benevolencia (por utilizar uno de los términos) que tiene para ocultarse su ferocidad aquel capaz de aniquilar todo lo que tiene alrededor, incluyéndose a él (o ella) también. 


jueves, 12 de diciembre de 2024

Ai Weiwei










Había oído hablar de Ai Weiwei debido a su disidencia con el régimen chino, pero nunca había visto ningún trabajo de este polifacético artista. En estos días, en la muestra habilitada en el MUSAC de León, he tenido la oportunidad de cumplir con ello y de comprobar que su rebeldía quijotesca parece ir mucho más allá de lo que aparece de cuando en cuando en los medios de comunicación.
La turbadora y excelente exposición estará vigente hasta el 18 de mayo del próximo año. Si pasan por la ciudad de León antes de esa fecha no duden en acompañar su estancia con una visita a este inefable artista. No se arrepentirán.


lunes, 2 de diciembre de 2024

Santander


¿Cómo reconocerme, desde los altos cobijos obreros de la niñez, en una ciudad demediada, ajena, a ratos inhóspita?
¿Cómo descender por sus calles estrechas, entonces, hacia una mar avasallada e indefensa?
¿Cómo responder a lo que está oculto, a lo que se olvida, a la apariencia?
¿Cómo volver con ojos nuevos a lo que nunca existió?