Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 31 de enero de 2010

Caramelos

No sé por qué, pero el paso al frente que diversos municipios de la España rural y desesperada han dado para ser candidatos al cementerio nuclear que el Ministerio de Industria tiene planteado, me recuerda a algunos niños, hace ya demasiado tiempo, que, con poca astucia para bandearnos por el barrio, aceptamos en alguna ocasión, de manos de chavales mayores que nosotros y con bastante mala leche, caramelos que de caramelos no tenían nada salvo el envoltorio.
En el interior de aquel regalo envenenado nos aguardaba un trozo redondeado de jabón, que nos hacía subir para casa, tras probarlo inadvertidamente, llorando como descosidos y con la lengua, si no limpia, al menos irritada para un rato.
Esperemos que el siempre fructífero cebo de dinero y trabajo no tenga consecuencias más lamentables que la del sabor del jabón.
Postdata:
¿Por qué algunos políticos que se declaran partidarios de la energía nuclear (en abstracto) no la quieren para su casa (en concreto)?

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