Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 29 de enero de 2010

Honduras y profundidades

No sé de qué me sorprendo. Escucho en las noticias que el depuesto y nunca restaurado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, parte hacia el exilio tras la toma de posesión de un nuevo presidente elegido “democráticamente”.
Hay que recordar que Zelaya fue apartado de sus labores de gobierno mediante la conocida técnica del golpe de estado puro y duro. Y pensar en las especiales circunstancias que han rodeado la posterior convocatoria electoral, tan “democrática” ella, me pone los pelos de punta.
Sin embargo, una vez efectuadas las contabilizaciones que han hecho posible el enorme “espectáculo democrático”, se comprueba que “por casualidad” el nuevo presidente, Porfirio Lobo, pertenece al área de influencia ideológica de los golpistas.
También “por casualidad”, el gobierno de este nuevo presidente está empezando a ser reconocido por gobiernos de países vecinos, que pertenecen a la misma área de influencia ideológica.
Lo que tal vez no sea tanta casualidad es que alrededor de los últimos acontecimientos esté habiendo tanta sordina mediática. A lo peor es que el resto de los gobiernos y organizaciones mundiales que podrían decir algo (democráticamente hablando) están dejando correr el tiempo, sin más.
Y aunque empezaba diciendo que no sabía de qué me sorprendía, lo cierto es que tiene su punto comprobar lo bien que queda la prestidigitación (democrática) aplicada a la desvergüenza como una de las bellas artes.

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