Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 19 de septiembre de 2010

Albada

Hoy, al alba, se ha muerto Labordeta

y sólamente me gustaría poder quitarme las lágrimas

a puñetazos.




Morir, pero lejos.
No aquí,
donde todo es una aviesa
conspiración de la vida,
hasta las otras muertes.

Morir lejos.
No aquí,
donde morir es ya una traición,
más traición que en otra parte.

Morir lejos.
No aquí,
donde la soledad descansa a ratos
como si fuera un animal tendido,
olvidando su espuela de locura.

Morir lejos.
No aquí,
donde cada uno se duerme
siempre en el mismo sitio,
aunque despierte siempre en otro.

Morir lejos.
No aquí.
Morir donde nadie nos espere,
donde haya lugar para morir.





Roberto Juarroz

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