Conor Pass es un puerto de montaña que hay en la península de Dingle, en la costa oeste de Irlanda. La segunda vez que estuve allí, como la vez anterior, paré para contemplar el paisaje, los bosques. Solo que en esta ocasión había un arpista en mitad de la nada haciendo música del aire. Allí nació este poema, que años después se publicó en el libro titulado "Las fronteras del aire" (Amargord).
Nada.
Ni
la nebulosa promesa del océano,
ni
los cortinajes de eternidad
con
que se adornan las doncellas y los obispos,
ni
la etérea murmuración de las aguas,
ni
los espejos sombríos en que se admira la bruma.
Nada.
Ni
el frío rozando los dedos de los duendes
mientras
el aire extrae
de
entre las cuerdas del arpa
la
memoria de los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario