Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 14 de abril de 2022

La memoria que nos va quedando

Para Valentín, para Pilar, para Pepe y para todos los demás.

Si de algo estoy seguro es que somos nada más
la memoria que nos va quedando.
Somos, por ejemplo, los supervivientes
de un tiempo más áspero pero a la vez más llano,
un tiempo de claroscuros en el que abundaban
en demasía los tonos grises.
Un tiempo en el que por esa misma razón
se celebraba como una victoria de la alegría
cualquier atisbo de color.
Somos la memoria que nos va quedando
de las tardes de café con los obreros del Cuarto Estado
y de las conversaciones tranquilas y templadas
bajo los claveles de la Lisboa del 74,
de las mañanas compartidas, domingo tras domingo, 
de palas y hormigoneras construyendo dignidad,
de los cuadernos escolares
en los que íbamos escribiendo
la pequeña historia común
que sin saberlo nos hacía grandes.
Si de algo estoy seguro es que somos nada más
la memoria que nos va quedando,
el murmullo cada vez más lejano de sus palabras,
el reflejo indeleble de sus acciones,
la mirada decidida de su decencia.
Y porque ellos fueron antes,
 nosotros somos lo que somos
 y la memoria que nos va quedando.

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