En la tierra de Chernóbil uno siente lástima del hombre. Pero más pena dan los animales. Y no he dicho una cosa por otra. Ahora lo aclaro...¿Qué es lo que quedaba en la zona muerta cuando se marchaban los hombres? Las viejas tumbas y las fosas biológicas, los así llamados "cementerios para animales". El hombre solo se salvaba a sí mismo, traicionando al resto de los seres vivos.
Después de que la población abandonara el lugar, en las aldeas entraban unidades de soldados o de cazadores que mataban a tiros a todos los animales. Y los perros acudían al reclamo de las voces humanas..., también los gatos. Y los caballos no podían entender nada. Cuando ni ellos, ni las fieras ni las aves eran culpables de nada, y morían en silencio, que es algo aún más pavoroso.
Hubo un tiempo en que los indios de México e incluso los hombres de la Rusia precristiana pedían perdón a los animales y a las aves que debían sacrificar para alimentarse. Y en el antiguo Egipto, el animal tenía derecho a quejarse del hombre. En uno de los papiros conservados en una pirámide se puede leer: "No se ha encontrado queja alguna del toro contra N". Antes de partir hacia el reino de los muertos, los egipcios leían una oración que decía: "No he ofendido a animal alguno. Y no lo he privado ni de grano ni de hierba".
¿Qué nos ha dado la experiencia de Chernóbil?¿Ha dirigido nuestra mirada hacia el misterioso y callado mundo de los "otros"?
Voces de Chernóbil.
Svetlana Alexievich. Crónica del futuro.
Debolsillo.
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