Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

lunes, 17 de octubre de 2022

Kalliroi Siganou-Parren


Desde el alto donde acaban las casas del pueblo, Calírroe Parren contempla el mar azul y las costas cercanas de Dokos y del Peloponeso (...) Hace unos meses, mientras Venizelos recorría Francia e Inglaterra tratando de recabar de la Entente créditos para armamento y promesas territoriales en caso de victoria aliada, Calírroe escribió en su periódico que solo las mujeres, haciendo oír su voz en los parlamentos de los poderosos con las manos limpias de sangre, podrán garantizar la supervivencia de la humanidad el día que termine la Gran Guerra. Ahora su periódico ha dejado de editarse. (...)
Con una sonrisa y un enigmático suspiro, recuerda ahora también su disputa en la prensa con Roídis. El literato sostenía que las mujeres que se empeñan en escribir deben moverse dentro de los límites que impone su condición femenina, pues de lo contrario, al entrar en  el terreno de los hombres, hacen aún más patentes los defectos de su género y resultan estrepitosamente ridículas. Citando a Proudhon, Roídis se atrevía incluso a defender que las dos únicas profesiones propias de la mujer son la de sus labores y la de ramera. Hubo que decirle que desconocía por completo a las mujeres; y explicarle también que las incorrecciones gramaticales que las griegas cometen cuando escriben son la patética consecuencia de que tengan prohibido el acceso a las instituciones de enseñanza superior.
Calírroe está cansada de defender lo obvio y aún se pregunta con asombro cómo es posible que una mentalidad cimentada sobre la estupidez, el egoísmo y la injusticia haya logrado perpetuarse durante tantos siglos. (...)
Ahora Calírroe Parren se pasea por Hidra bajo el sol de invierno para llenar sus días de exilio. El gobierno de Venizelos la ha confinado aquí para acallar una voz de mujer que se pronuncia por la neutralidad en esta guerra infame. Han cerrado su periódico y la han mandado a este lugar para apartarla de una vez de la opinión política. (...)
Calírroe Parren está exilada en Hidra, tiene cincuenta y siete años y se pregunta cuántos han de pasar aún para que llegue el día del sentido común.

Hidra, 1918.
Historia menor de Grecia.
Pedro Olalla.
Acantilado. 

 

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