Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 2 de mayo de 2020

Esto no es un diario L


Aquí debería ir la fotografía de un buitrón, que es un pájaro mínimo con nombre de ave superlativa. El buitrón suele anunciar la primavera con su vuelo inconexo y saltarín y es, por lo mismo, difícil de fotografiar. Lo normal es que escuches su canto sincopado sobre tu cabeza antes de verlo, y entonces es cuando constatas para tu adentro: "Vaya, si por fin ha llegado la primavera". 
Ayer dos buitrones se me acercaron y uno hasta se posó, balanceándose en una hierba. Debe ser verdad, que está llegando.
Por la tarde apareció en el cielo este otro señor, el de la foto, que sobrevuela los prados tras la siega en busca de ratones y topillos, desprotegidos ya de su escondite natural. También suele decir el milano con su actitud que está cambiando la estación.
Hoy voy a poder pasear con la familia que vive en mi casa. Parece que, como dice la canción, aunque sea un poquito, todo cambia, todo cambia.  
Y sobrevolamos. 

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