Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Argentina, 1985


El día 31 de octubre, ha sido entronizado, parece ser, como el Día de Reparación a las víctimas del franquismo o algo así. Supongo que en este tipo de acontecimientos y fechas señaladas se va más a la excusa que al fondo. Y es que la reparación no debe tener fecha pero sí debe tener tiempo. Todo el tiempo del mundo. Algo que aquí se suele tapar con paños calientes.
Para celebrar ese día, no obstante, me fui en León a ver la película “Argentina 1985”, que cuenta el atrevimiento que tuvieron allí para juzgar a la cúpula de dictadores (que es lo mismo que asesinos) que asolaron durante siete años, aunque fueron más, aquel país hermano.

Y digo atrevimiento, arrojo o valentía, que es lo que ha faltado aquí.

La película se centra en las figuras históricas de los fiscales Strassera y Moreno Ocampo, pero con la fotografía que acompaña prefiero recordar al trabajo callado y que raramente se recuerda de sus jóvenes ayudantes. Tengo para mí, aunque puedo equivocarme, que fue precisamente esa labor animosa, junto a otras que no se ven reflejadas adecuadamente en la película, la que convenció a los protagonistas mencionados para saber que podían llegar y que el reto no era una entelequia.

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