El gran poeta Novalis solía decir que hay que estar "perpetuamente en estado de poesía" ¿Consiguió hacer que este requerimiento fuera su día a día? Algo así se escribe en un arranque de buenas intenciones y, luego, nos pasamos la vida traicionándonos. Esta frase me obsesiona. Me he jurado no renunciar, mantener el fuego a través de la observación de aves.
La observación de las aves es innegablemente un estado de poesía. La práctica de la ornitología es un placer sencillo, accesible a todos. Para mí fue una forma de iniciación, y luego se convirtió en una necesidad. En los albores de la cuarentena, se ha transformado en un arte de vivir que combina paciencia, silencio (aptitudes indispensables si se quiere entrar en un bosque y no limitarse a entrar en él como un viajero impasible que atraviesa un vestíbulo de una estación). Exhorta a hacerse olvidar y a fundirse en el paisaje, estimula la observación de los pequeños detalles y aboga por una identificación rigurosa. Valores cada vez más ortogonales a los de nuestro tiempo.
Jean-Noël Rieffel.
Elogio de las aves de paso.
Editorial GG.
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