Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 22 de agosto de 2015

Parábola de Babel y del Jazz

Les hablaré de Babel.
De la trabazón de las lenguas
cuando el vecino habla en nube
y su mujer lo hace en jaguar,
de la algarabía de los pájaros
que empiezan a hablar 
en claro de luna o en lengua de rufián.
Son una cantera inagotable
para los viejos lingüistas
las tierras baldías de Babel.
En los vecindarios de la Torre
instalan grandes reflectores 
y un sol de terracota
modula el esperanto del calor.
Un hombre llamado Louis,
traído a estas tierras
desde las noches del Cotton Club,
toca la trompeta que compró
en la amurallada ciudad de Jericó
e inicia un jazz que despierta
al arcángel san Gabriel.
Cuando sopla su instrumento,
una flor de cobre que aprieta sus labios,
se abren fisuras
al gran rascacielos de Babel
y todos, absolutamente todos,
los que murmuran en nube o en jaguar,
la parvada de pájaros
que habla en claro de luna o en rufián,
se saludan en la lengua deseada.
Roguemos, mortales,
que el trompetista no deje de tocar.


Juan Manuel Roca
Pasaporte del apátrida
Colección La Cruz del Sur
Pre-textos.

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