Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 9 de diciembre de 2021

Final de lectura


Yo también me enamoré de Hélène Jans, como la reina sueca cuando ya no lo era, y detesté a ese "sin sangre" de filósofo que desconoció una oportunidad perdida cuando la tenía delante de los ojos. Mucho mirar fijamente a las circunvalaciones de la sabiduría para luego no saber nada de nada en realidad.
Yo también me enamoré de Hélène Jans y de su regreso a la vida en Inés Andrade con el humo de las infames hogueras. Esas hogueras que se cuelan por las rendijas del tiempo y tornan con olor a frambuesa.
Yo también me enamoré de Hélène Jans y de la incuestionable abuela Aniceta, puño en alto. Y también, también, un poco de Teresa Moure, tan capaz de hacerme enamorar de Hélène Jans.  

Sobre "Hierba Mora" de Teresa Moure.
Editorial Hoja de Lata.


No hay comentarios:

Publicar un comentario