Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cuando los estudiantes volábamos

Hoy el telediario, con un cierto afán rememorativo, ha avivado en mí unas imágenes dormidas de unos tiempos en los que los estudiantes volábamos. La verdad es que ni intentábamos emular la historia de Ícaro ni, la mayoría, teníamos las condiciones económicas suficientes para viajar en avión, pero cuando nos íbamos de “manifa” nos entraba un no sé qué, una especie de emoción… que no nos quedaba otro remedio que elevar unos cuantos palmos (o más) los pies del suelo.
Era entonces cuando los putos “grises” aprovechaban para bajarnos al suelo como a pichones.

En diciembre de 1979 en toda España los estudiantes nos manifestábamos contra una Ley de Autonomía Universitaria promulgada por el gobierno de Adolfo Suárez. En el transcurso de la que se celebraba en Madrid por ese motivo, la Policía Armada disparó contra la multitud matando a dos estudiantes, Emilio Martínez y José Luís Montañés. El Ministro del Interior de la época, en un alarde, justificó el suceso diciendo que las Fuerzas del Orden al verse acosadas no tuvieron otro remedio que disparar al aire.
¡AL AIRE!

Luego nos hicimos mayores y fuimos perdiendo paulatinamente la inocencia. Tal vez, como aquel que pierde las alas.
Desde entonces, de derrota en derrota, vamos remontando poco a poco el vuelo.

3 comentarios:

  1. "de casi todo hace ya veinte años..." decía Felipe González. Yo vi ayer ese telediario. Y, precisamente, me acordé de aquellas primeras carreras delante de los grises. Acojonados. Y recuerdo aquel verano del 79 en el que, después de suspender la selectividad en junio, me fuí en tren a Inglaterra con unos amigos a recoger fresas. En la frontera (que cruzamos por el pasillo de "los otros", puesto que no eramos comunitarios, ni comanwelf) nos exigieron enseñar un dinero y un contrato. Luego a currar... Ahora dicen que la juventud de entonces estábamos muy "politizados".
    Igual están en lo cierto y resulta que los chavales de hoy son más felices con su lowcost de finde y su faceboock... Y los bancos batiendo records de beneficios cada año.

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  2. ¿Te mata la nostalgia? Pues no te apures que se avecinan tiempos duros para los que quieran sacar los pies del cesto.
    Ahora que lo digo, hace años que en las manifestaciones se repiten las mismas caras, con un poco más de "poso de vida" cada vez. Me resulta "enternecedor" imaginar a los maderos de turno dando tiza a esos "pichones" achacosos que con un poco de suerte y un mucho de sistema sanitario público, sin duda llegaremos a ser.

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  3. Querida Orilla (no sé si acercarme a tí es un riesgo cierto, pues no sé lo que hay al otro lado): Malamente puedo tener nostalgia de aquello. Como dice mi amigo de la Caverna, el acojono era mayúsculo. No sólo tenías que estar atento a aquellos animales vestidos de gris que se situaban enfrente, sino que tenías que andar con cien ojos con la muchachada nostálgica (esta sí) de las rutas imperiales que se introducían en las manifestaciones y que por menos de un "caralsol" te la liaban parda o azul (a elegir entre nazis o falangistas).
    Y acabo, que me empieza a entrar complejo de abuelo cebolleta.

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