Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 25 de diciembre de 2010

JR


Mi amigo Joserra anda estos días por ahí atrapando la vida. Como sé, y me tiene advertido, que no le gusta figurar -aunque lo cierto es que me ha avisado de que me corta…la retirada y algo más como ose publicar en Interness (o sea, el monstruo) una imagen suya- pues por eso le saco en esta foto de espaldas, como si estuviera de cara a la pared. En realidad está de charla con un amable monje budista de Vientiane en ese idioma internacional que él domina como nadie y que a nosotros siempre nos produce sorpresa e incredulidad. Pero dada su incontinencia y su torrente verbal no nos queda más remedio que rendirnos a lo evidente. Tal como se rinden monjes laosianos, barberos vietnamitas, marineros ecuatorianos, camareros cubanos, guardas de refugio chilenos y muchos, muchos más; gente rendida que seguro que en su nuevo periplo sigue coleccionando para su bien y para el de todos aquellos que luego le escuchamos las historias.
Pues eso, que Joserra está de viaje y que hoy es Navidad. Y aunque ni él ni yo somos muy navideños, y estas cosas no nos importan mucho, espero que haya pegado la hebra decentemente por Potosí.
Y que los vientos le sean propicios.

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