Salvo excepciones, la mayor parte de los días del año acudimos a este lugar. Aquí desemboca el río Pas y es una buena atalaya para la observación de aves y, con ellas y sus migraciones, del inflexible paso del tiempo, como muestran de forma radical las ruinas del viejo molino de mareas.
Y sin embargo, cuando ya no estemos aquí, ni queden piedras que recuerden la mano humana, todavía seguirán deambulando por las aguas de la marisma gaviotas, chorlitos, chorlitejos, agujas, archibebes, espátulas, avefrías, vuelvepiedras, cercetas, correlimos, zarapitos, andarríos...
No te olvides del Buitrón...
ResponderEliminarDel buitrón, del chochín, del pito real, del martín pescador, de las garzas, garcetas y garcillas...
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