Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 6 de diciembre de 2011

Gente leyendo


De vez en cuando, de los cofres enterrados por las arenas del tiempo, surgen imágenes curiosas como ésta. En ella se intuyen las barbas de un vecino pelar y el peligro cierto de que, por influencia de la gravedad, las letras de la historia se desparramen por el suelo.
Mientras pongo las mías a remojar ante el avance rápido de mi experta peluquera, sirva como homenaje a una de las actividades a las que, voluntariamente, he dedicado más tiempo desde que me acuerdo.

Postdata: No parece el libro mal tejado para que nos guarezcamos los dos. O los tres.

2 comentarios:

  1. ¿Experta?. Puede, pero la cara y la composición sería considerada como prueba de asesinato con ensañamiento por cualquier jurado popular.

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  2. Querido amigo Lou, desde luego el de la foto no es momento de negarse a determinadas proposiciones que se hace innecesario rechazar, pero por fuentes bien informadas, y para tú tranquilidad, sé de muy buena tinta que la sangre jamás ha llegado al río ni ha sido necesario llamar nunca a los corchetes.

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