Corre el año 1964 y hace un cuarto de siglo que el ejército franquista ha derrotado a la República. En un lugar que no viene en el cuento unas monjitas, entre un fru-fru de hábitos y una ligera brisa de tocas con olor a cirio y a devocionario, entre camas de hospital, celebran con melífluo alborozo: "¡Veinticinco años de paz, veinticinco años de paz!"
Mientras tanto,"El Pardal", un viejo minero con más carbón en la piel que años a cuestas, inmovilizado a consecuencia de una explosión de grisú y en medio de tanto gozo, masculla entre dientes, como quien mastica acíbar: "¡Coooño! ¡Y para nosotros de inclemencias!"
(Historia contada por L. Valbuena)
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