Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 20 de abril de 2014

Casino

Aprovechando estos días repletos de procesiones me doy una vuelta por Soria. Hace muchos años que no iba por allí. Recorremos el Cañón del Río Lobos bajo un manto de aleteos de buitres leonados. Conseguimos ver un alimoche y por primera vez agateadores y currucas mirlonas. Vuelvo por las excavaciones arqueológicas de la ciudad celtíbera de Tiermes y subo nuevamente a la extraordinaria fortaleza de Gormaz.
Paseamos por la ciudad de Soria y nos tomamos una torrija con café en el Casino en el que antaño sentaron sus traseros los poetas Antonio Machado y Gerardo Diego. Por sus salones no parece haber pasado el tiempo. Cuatro o cinco paisanos se acomodan inmóviles en sus añejos sofás de cara al escaparate de la calle principal. Desde allí contemplan el paso demorado de naturales y forasteros. Leo en el periódico sobre la muerte de García Márquez. Cien años de soledad.   

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