Y no es una brigada fascista de los años de plomo con sede en la Puerta del Sol.
Hablamos de la denostada poesía. La social.
Y escuchamos a Antonio Orihuela , poeta, hablando de perros y meharis, y del salario ganado con el sudor de la frente. Y de grises que corren como antílopes. Y del color rojo reciclado al gris. Y de Pizza Hut o de otra franquicia parecida y el color insecticida de la mostaza. Y de guerras perdidas y padres dormidos.
En fin, la social. La que pasa, la que ocurre, la que sucede. Pegada a la piel y a la miseria y a las tristes alegrías de cada día. La de las pequeñas victorias y las grandes derrotas.
La social.
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